
Uno de los casos que posiblemente ha tenido menos repercusión mediática ha sido el de las detenciones que rodearon al “Caso Operación Cotiza”, y mas específicamente del Sargento Mayor de Tercera Luis Bandrés Figueroa, (38) años de edad, ocurrido en enero de 2019;efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), Policía Nacional Bolivariana (PNB), la Fuerza de Acciones Especiales (FAES), la GNB y la Dgcim, por parte de efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), Policía Nacional Bolivariana (PNB), la Fuerza de Acciones Especiales (FAES), la GNB y la Dgcim.
Este caso, fue reseñado en el informe de la Misión de Verificación de los Hechos de la ONU y se presentó ante el plenario del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra en septiembre de 2020.
Las torturas
El primer sitio al que trasladaron al sargento, tras su detención, fue el Fuerte Tiuna, donde lo recibió parte del alto mando militar. Allí lo maltrataron con insultos y golpes, para luego trasladarlo encapuchado a la sede de la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM), donde el maltrato recibido subió de nivel.
Después de su detención, funcionarios de la DGCIM en Boleíta, trataron de coaccionar al sargento Bandrés Figueroa, para que grabara un vídeo en el que se acusaba a Juan Guaidó, Julio Borges y María Corina Machado de financiar el levantamiento. Cuando éste se negó, lo desnudaron, le vendaron los ojos y lo aislaron en un cuarto oscuro.
El Sargento de la GNB, Luis Bandrés Figueroa, es uno de los casos más escalofriantes documentados por la Misión. Recibió descargas eléctricas; sufrió un intento de violencia sexual; también padece de insomnio, ansiedad, depresión, falta de apetito y es asmático
A Bandrés Figueroa, lo golpearon con un bate y le dieron patadas, incluso en los testículos. Lo asfixiaron con una bolsa, lo electrocutaron en diferentes partes blandas de su cuerpo incluyendo detrás de las orejas y en los testículos.
Debido a las torturas, el sargento se defecó. Los oficiales del DGCIM lo obligaron a comer sus propias heces fecales y fue privado de agua y comida durante las primeras 48 horas de reclusión y se le dijo, para torturarlo psicológicamente, que su esposa e hijos también habían sido capturados y que estaban siendo torturados.
Durante 15 días lo encerraron en un área que llamaron El Pozo, el cual era un baño viejo de un metro y medio de ancho por dos metros de largo. Allí le ordenaron a los custodios no pasarle agua ni comida.
Como Bandres no ha recibido atención médica especializada, no existe un diagnóstico certero sobre lo que origina los desmayos. Su esposa indicó que ante la falta de personal de salud, los mismos compañeros de celda son quienes lo auxilian cuando tiene estos episodios.

Todo por defender a la FANB y la Constitución, exigimos su libertad y la de todos los militares injustamente detenidos.
Maduro ha construido, con el apoyo de Cuba, centros donde se tortura a nuestros oficiales. La Misión ha denunciado el llamado “Cuarto de los Locos” en la DGCIM, es un espacio acondicionado para someter a personas a torturas físicas y psicológicas.
Fue acusado de traición a la patria, instigación a la rebelión, motín, desobediencia, sustracción de efectos pertenecientes a las Fuerzas Armadas Nacionales y ultraje a las Fuerzas Armadas.
El 28 de febrero de 2019, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dictó una medida cautelar a favor del sargento mayor de tercera, para exigir que se protejan sus derechos de vida e integridad.
Sin embargo, el Estado venezolano, en sus diferentes ramas, hizo caso omiso de estas medidas cautelares, que emitió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en favor de Bandrés.
En junio del año pasado, 23 sargentos involucrados en la sublevación militar en Cotiza –ocurrida en enero de 2019– fueron condenados a penas de siete años y nueves meses; mientras que el sargento Luis Bandrés, a quien se identificó como el cabecilla del alzamiento, se le impuso una pena de 15 años y nueve meses de prisión por los delitos de traición a la patria, instigación a la rebelión, motín, desobediencia, sustracción de efectos pertenecientes a la Fuerza Armada Nacional y ultraje a la Fuerza Armada.
En el caso de Luis Bandrés, la apelación de su condena se encuentra en la Sala de Casación Penal. Actualmente se encuentra recluido en el Centro Nacional de Procesados Militares de Ramo Verde (Cenapromil), mejor conocida como la Cárcel de Ramo Verde en Los Teques; esperando una medida para su liberación por parte de algún organismo internacional, un indulto presidencial o de la gracia de Dios. Amén.
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