La narrativa bíblica y los textos extra canónicos mencionan varios acontecimientos sucedidos en el periodo entre el exilio y el ministerio terrenal de Jesús. Wright hace dos observaciones principales con respecto a estos eventos y cómo es que estos afectaron la cosmovisión de Israel en los tiempos de la vida de Jesús. Él, primeramente nota que, aunque el pueblo de Israel ya había regresado a la tierra prometida, ellos aún se consideraban (teológicamente) exiliados. El exilio para los judíos no había terminado ya que ellos sabían que las promesas hechas a los profetas de una completa restauración no habían sido cumplidas. Ellos aún estaban siendo gobernados, no por Dios, sino por imperios paganos adoradores de ídolos. Segundo, Wright también enfatiza que, aunque un segundo templo en Jerusalén había sido erigido, no existen indicios de que los judíos consideraban que la presencia de YHWH había regresado a morar en él. Estos dos puntos principales significaban una sola cosa: los pecados (el fracaso de cumplir con la vocación) por los cuales el exilio fue ocasionado y la presencia divina se había retirado aún no habían sido perdonados (cf. Lm 4:22). El pecado y el mal aún estaban presentes en la tierra prometida y en Israel. Basado en esta información, Wright abrevia la cosmovisión general de Israel que prevalecía un poco antes y durante el ministerio de Jesús:
- ¿Quiénes somos? Somos Israel, el pueblo escogido del dios creador.
- ¿Dónde estamos? Estamos en la Tierra santa, enfocada en el Templo; pero, paradójicamente, estamos todavía en exilio.
- ¿Qué está mal? Tenemos a los gobernantes equivocados: paganos por una parte, Judíos vendidos por otra, o entre los dos extremos (Herodes y su familia). Estamos involucrados en una situación menos que ideal.
- ¿Cuál es la solución? Nuestro Dios debe actuar para darnos el verdadero tipo de gobierno, esto es, su propia monarquía ejecutada a través de oficiales propiamente fijados (un verdadero sacerdocio; posiblemente un verdadero rey también); y mientras esto sucede Israel debe ser fiel a su carácter pactal.
Hasta este punto, por lo tanto, la cosmovisión de Israel expresada en la narrativa bíblica muestra que los judíos del segundo templo buscaban la conclusión a la historia que vivían. Una conclusión que incluyera la completa liberación y redención de Israel.
Es en este contexto que Jesús desarrolló su ministerio. Wright considera que el ministerio de Jesús se enfocó no sólo en anunciar sino también en representar los tres temas principales del reino que prevalecían en la cosmovisión judía de la época: el regreso del exilio, la derrota del mal y el regreso de YHWH a Sión. Estos tres elementos tenían que estar presentes en el establecimiento del Reino de Dios en Israel. Por lo tanto, en su anuncio y representación, Jesús re-contaba el relato de las escrituras hebreas que el pueblo conocía bien y a su vez mostraba que la historia estaba llegando a un clímax inminente. Sin embargo, al anunciar la llegada del reino, Jesús articuló una nueva variante a la cosmovisión general de Israel. Esta variante cumplía con las expectativas judías y con lo anticipado en el AT, más no lo hacía Vh de la manera exacta como Israel lo esperaba.