Estamos en presencia de un golpe de Estado, nada extraño, porque del 4F nace esta pesadilla. Maduro, con la sola firma de Elvis Amoroso, quien NO representa al cuerpo colegiado denominado CNE, se hizo nombrar presidente. 76% de las actas han sido digitalizadas y están girando al globo terráqueo. Todos, ahora, comprueban, que hubo golpe de Estado, y no por la oposición como grita Padrino.
La ONU, la OEA y todos los organismos multilaterales, saben quién gano y están conscientes de que Maduro se produjo un auto-golpe. Han prometido actuar en consecuencia y los embajadores de Maduro, en este preciso instante, tratan de evitar se produzcan manifiestos.
La Corte Internacional de Justicia tiene un caso más contra Venezuela. Decidió, casi, a favor de Guyana, en la reclamación sobre territorio nuestro, y ahora sabe que nadie intercederá a favor de Maduro cuando decida que cometió el delito de golpe de Estado.
De la CPI no tenemos mayor información. El silencio cómplice, desde la última visita de Karim Khan a Maduro, es harto preocupante. En especial, porque con mucha presteza ordenó aprehender a capos de Moscú, por violación de DDHH en la guerra contra Ucrania.
De los amigos de Maduro, solo Rusia y China, por su importancia geopolítica, preocupan. Pero ellos defienden el dineral que adeuda Venezuela y una vez resuelto ese impasse se harán los dementes.
Maduro no dispone de un solo organismo internacional que acepte sus “argumentos”. Aunque, sin confirmar, se comenta que no ha podido reunir al Alba, y Caricom está fuera de su alcance. El cerco contra el golpe de Estado es insalvable. Alguien, consciente, debe advertirlo.
Hacia lo interno, tan solo Benjamín Rausseo (lástima) ha pedido “pasar la página”. El AD de Luis Eduardo Martínez, solicita revisar las actas. Algo similar escuchamos de Claudio Fermín. Los demás candidatos han sido más varones. ¡Exigen! se muestren actas.
El rector Delpino está desaparecido, denota, al menos, que no comparte la decisión de Amoroso. Alme Nogal ha sido veleidosa, pero tampoco ha firmado el acta que elige a Maduro. Ambos serán conminados a suscribir el acuerdo colegiado, aunque se duda, ahora, que lo hagan.
Síntesis: estamos en presencia de un golpe de Estado y algo hay por allí que establece que todo asunto que procede de un acto írrito, es nulo de toda nulidad. Saab y Padrino son sujetos írritos per se. María Corina está moviendo los hilos internacionales, con filigrana. Para ella, lo ha dicho, el final no ha llegado y no hay cómo frenarla.
Nota bene: no se procesan arrepentimientos tardíos.