¡Bochinche, bochinche! ¡Esta gente no sabe hacer sino bochinche! Expresión del Generalísimo Francisco de Miranda el 31 de junio de 1812. Palabras que como eco se materializan ahora a 212 años de ser pronunciadas, cuando asombrados y burlados los venezolanos observamos cómo el régimen actual en forma irrita pretende imponer nuevas elecciones presidenciales el mes de diciembre de 2024. Como he señalado en artículos anteriores, el régimen busca a través de “artimañas”, porque no tienen la capacidad ni el conocimiento de establecer estrategias, el ganar tiempo y tratar de resarcirse de la aplastante pérdida de las elecciones el pasado 28 de julio de 2024. Ese día, el Consejo Nacional Electoral (CNE), su presidente, Amoroso, “corriendito”, proclamó que Nicolás Maduro, había ganado las elecciones. Con un simple papelito, leyó unos resultados, sin actas de escrutinio. Situación considerada por la oposición, el candidato Edmundo González Urrutia, María Corina Machado y la gigantesca mayoría del pueblo como: fraude electoral descomunal.
La oposición ante la no presentación de las actas de escrutinio por parte del CNE, anunció que su candidato Edmundo González Urrutia, era el nuevo presidente electo y que las cifras contenidas en las actas que tenían en su poder reflejaban que el 73,2% correspondían a su candidato, representados en 6,25 millones de votos frente a 2,28 millones de sufragios de Maduro, para ese entonces. Eso generó inmediatamente una serie de fuertes manifestaciones con muchos muertos y decenas de heridos. Hasta esta fecha se estiman más de veinte personas asesinadas, y más de 2000 personas presas y otras desaparecidas. Hasta la fecha, todo ha venido ocurriendo bajo un pesado clima de antagonismos, amenazas, persecución y detención de ciudadanos. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro (31-7-2024): “Maduro prometió un baño de sangre, y nos indignó oírlo y más nos indigna ahora que lo está haciendo. Hay premeditación, alevosía, impulso brutal ferocidad, ventaja superior”.
Y, las actas que el CNE tiene, pero no quiere mostrar, no aparecen. Presuntamente, porque las mismas descubrirían el fraude cometido, cayéndose las “caretas” del CNE como ente responsable y competente ante la Constitución Nacional y la Ley Electoral. Como escaramuza procede el régimen a judicializar el proceso electoral en cuanto a una decisión de las actas electorales en discusión. Con argucias, inventó el régimen la excusa de un “ataque cibernético” a la página Web del CNE, precisamente el día 28 de julio, que impidió continuar con el proceso eleccionario. Para Fernando Mires, en articulo “El Mega Fraude” (3-8-2024), señaló: “Maduro, Cabello, los Rodríguez, Saab, Padrino, viven en su propio micro-mundo venezolano como ayer Hitler, Goebbels, Göring, Hess, Himmler vivían en su propio micro-mundo alemán. (…) …y cuya máxima superior es la conservación del poder sea como sea”. Pura coincidencia. ¿Cierto? A 12 días, todavía no han sido presentadas actas de la elección presidencial por parte del CNE.
No es un secreto, que, desde un principio, el régimen jugaría “en posición adelantada” cuando insulsamente creyó que avanzando las elecciones presidenciales iba a derrotar a las verdaderas fuerzas de oposición comandadas por la líder nacional – internacional María Corina Machado. Se equivocaron “de calle”, porque la “Dama de hierro latinoamericana”, merecedora del Premio Nobel de la Paz, fue apoyada por todos los partidos de la Plataforma Democrática y con el nombramiento como candidato presidencial de Edmundo González Urrutia, salvaron todos los obstáculos que Maduro y sus copartidarios (Psuv, “alacranes”, etc.) intentaron aplicar. Finalmente, como dice la frase “salieron con las tablas en la cabeza”. Lo demás lo conocemos todos.
Por eso, en estos días, desesperadamente, como “fieras heridas”, buscan recuperar tiempo y judicializar con la complicidad del TSJ, ordenando se repitan elecciones en el mes de diciembre de 2024. ¡Bochinche y más bochinche! Eso por supuesto, es intolerable, se garantizaría una mejor preparación de un nuevo fraude, el cual contaría, por ejemplo, por señalar un aspecto: en obligar la lealtad deshonesta de un y que “Plan República” con individuos “disfrazados” de militares, extranjeros o simplemente provenientes de “Colectivos” manejados por el régimen. Ello permitiría, quizás, con muchísima facilidad recabar y eliminar todas las actas que fuesen negativas al régimen, contrarias a su ambición de poder. Lo anterior es posible porque tienen la seguridad que la fuerza armada que participó en la elección les traicionó y muchos de ellos con su actitud, conducta y voto no les cumplieron como planearon. Por otro lado, algo risible pero no tanto, es la insinuación del régimen que en esas “elecciones de diciembre”, que ellos de “buena fe” desean no “participen” María Corina Machado ni Edmundo González Urrutia. ¡Si Luis!
Lo triste para el régimen, es que parece reviven el infierno de Dante Alighieri y su “Divina Comedia”, muestran su decadencia, las distintas formas de corrupción y por supuesto el castigo que merecen. No aprendieron el tener una vida equitativa, olvidarse del mal para así lograr posibilidades de reformarse, ser más conscientes y liberarse de sus propios infiernos. No, lamentablemente no hubo ese buen aprendizaje. Nuevamente, actuaron y actúan erróneamente. Creen que la soberanía popular es tan ingenua como para aceptar tan grande e ignominiosa pretensión: eliminar a María Corina Machado y con ello la imperiosa e impostergable necesidad de la Democracia en Venezuela. Unas nuevas elecciones presidenciales en diciembre (Borrado), conduciría a todo un cúmulo de “marramuncias” ya acostumbradas durante más de dos décadas de fraudes electorales, acompañados de represión desmedida, encarcelamiento, desapariciones forzadas, asesinatos y cuánta fechoría electoral es cometida impunemente contra los venezolanos. Hoy, se conoce que “colectivos chavistas” secuestraron al dirigente opositor político William Dávila cuando se encontraba en una vigilia por los presos políticos, en Caracas. Se desconoce, su paradero. El “mundo al revés”, la policía ha sido desplazada por los tristemente célebres “colectivos”. Días antes fue secuestrado el diputado Américo de Grazia. Agregado a ello una tal “operación tum tum”, señal inequívoca de terrorismo de Estado para perseguir y aterrorizar a todo aquel venezolano que luche por la verdad y en contra del régimen.
Conclusión, nada que ver con negociaciones que lleven a repetir elecciones, con ello buscan cometer nuevamente fraude electoral y perpetuarse en el poder ilícitamente, irrespetando nuevamente la Constitución, las leyes y en definitiva la Soberanía del pueblo venezolano. No más bochinche. La verdad no se negocia: ¡Edmundo González Urrutia es el nuevo presidente Electo de Venezuela, acompañado de María Corina Machado! Reconocido por el Centro Carter y numerosos países. Duélale a quien le duela. ¡Hasta el FINAL!
“En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela”. (Antonio Machado)
¡Bochinche, bochinche! ¡Esta gente no sabe hacer sino bochinche! (Francisco de Miranda)

Doctor en Educación y docente e investigador de Postgrado de Venezuela (*)
09 de julio de 2024