Por Dr. Oswaldo Hevia A.
Brotó la señal definitiva que viene del Cielo: ¡09 de enero de 2025! Pocos días antes, emergió el mensaje enviado a los venezolanos y el mundo por la líder María Corina Machado el pasado fin de año, cuando dijo: “¡¡GLORIA AL BRAVO PUEBLO!! Mi mensaje para este año 2025 para ti, venezolano. La hora ha llegado”. Sí, ha llegado el momento de salir de la dictadura que por espacio de más de 25 años sometió cruelmente a Venezuela. Hemos visto como nuestra lideresa recoge su valentía y tenacidad, en un habitual y sostenido gesto plasmado con sus manos juntas frente a su pecho y la inclinación de su cabeza: ¡toda una reverencia! Las “manos juntas” como realidad de una señal espiritual, pero enérgica, para decir “gracias” o “por favor” (Namasté). Señal convertida en una “protesta nacional del pueblo en la calle” que honre el gran significado de la letra de nuestro sagrado Himno Nacional y de la pertinencia que tiene en estos pocos días que faltan para el 10 de enero de 2025, fecha en que el presidente electo Edmundo González Urrutia asumirá la presidencia constitucional de Venezuela.
Los venezolanos conocemos profundamente el espíritu del “Gloria al bravo Pueblo”. Sin embargo, sin querer pontificar en historia, creí menester hacer un brevísimo compendio histórico sobre nuestro Himno Nacional. Solo para solazarnos en su ser y deber ser, lo recordaremos grata y patrióticamente. Al principio (1840), se le conoció como una melodía denominada “La marsellesa venezolana”. Recoge sublimemente versos del himno victorioso de la Patria. Su composición, letra y música se atribuye a Vicente Salias y Juan José Landaeta. Existen discrepancias. Se habla que la letra original fue de Don Andrés Bello y la música de Lino Gallardo, en una partitura de 1874 (cuya veracidad no ha podido ser demostrada). Lo cierto es que el 25 de mayo de 1881 fue promulgado como tal, por el presidente Antonio Guzmán Blanco.
Sin lugar a duda, en estos días de crisis el “Gloria al bravo pueblo” es factor emblemático de motivación patriótica para enfrentar al régimen dictatorial, y eso aparece claramente visibilizado cuando en él clamorosamente se expresa: “Gloria al bravo Pueblo que el yugo lanzó, la ley respetando la virtud y honor.” Y, más adelante fervorosa y poderosamente refleja la pasión libertadora del pueblo venezolano al decir: “Gritemos con brío: ¡Muera la opresión! Compatriotas fieles, la fuerza es la unión; …”
Lo anterior remite indubitablemente a señalar el respeto que los venezolanos debemos a tan importante símbolo patrio. Y ese respeto puede identificarse con una expresión inmemorial como lo es “Namasté”. Palabras en sánscrito (lengua clásica de la India)., que significa “te saludo” o “te reverencio”. Saludo divino. Vocablo compuesto de dos partes: “namas” que significa “inclinarse ante” o “honrar a” y “te” significa “para ti”, que significa “me inclino ante ti”.
La “Dama de hierro”, nuestra líder nacional María Corina Machado, además de sus reconocidas cualidades estratégicas de líder ciudadana, ha proyectado sistemática, agradable y estratégicamente su imagen con el “Namasté”, conducta y actitud de su respeto a la Constitución y las leyes y fundamentalmente al Pueblo Soberano en todas sus actividades en la búsqueda de la libertad de Venezuela. Ella pudo unir todas las voluntades de los venezolanos, en contra de las envidias y resquemores de “críticos” incoherentes, soeces y vociferantes algunos de ellos, como si utilizasen una moda acicalada y digna de aplausos (¡Si como nie!), sin argumentaciones racionales, un verbo desconsiderado y maloliente que junto al régimen y los debilitados “alacranes” han usado para tratar desmeritarla. “Se quedaron con los crespos hechos”, ¡no pudieron, no es quien quiere sino quien puede! Ahora, María Corina Machado, lanzó una nueva señal y proclama el gran significado de la letra de nuestro sagrado Himno Nacional de Venezuela, como icono patriótico tan necesario y pertinente en estos pocos días que faltan para el 10 de enero de 2025 , fecha en que se desplaza al régimen dictatorial y que el presidente electo Edmundo González Urrutia asumirá la presidencia constitucional de Venezuela, acompañado por la figura de esta mujer brillante como un Sol, que será la vicepresidente de la República de Venezuela, nuestra Patria soberana.
Todo ello sustentado constitucionalmente en el Artículo 231, que, a la letra, dice: “El candidato elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia”. Mas claro, no canta un gallo: Maduro sale de Miraflores y González Urrutia es juramentado como Presidente Constitucional de Venezuela.
Luego, estamos en el momento histórico, que consolidará el hecho auténtico de haber ganado electoralmente Edmundo González Urrutia la Presidencia de Venezuela el pasado 28 de julio de 2024, con la bicoca del 85 % de los votos de los venezolanos, (y más). Por eso, mujeres, hombres, niños y ancianos, presidentes y ex presidentes de la mayoría de los países democráticos, el mundo entero, ¡civiles y militares!, estarán en la posición gestual icónica y perseverante, física y espiritual del “Namasté” exigiendo la Libertad y la Democracia de Venezuela, entonando con fuerza clamorosa el: ¡GLORIA AL BRAVO PUEBLO! ¡Hasta el FINAL!
“No hay nada más despreciable que el respeto basado en el miedo”. (Albert Camus)
“El respeto a la vida es fundamento de cualquier otro derecho, incluidos los de la libertad”.
(Juan Pablo II)
“Las cuerdas que amarran el respeto de unos por otros son, en general, cuerdas de necesidad”. (Blaise Pascal)
06 de enero de 2025