Cualquier parecido con la situación global del país podría ser mera coincidencia o una copia exacta o mejorada con sentido universitario
Venezuela se encuentra inmersa en una situación de total desequilibrio social, político y económico que inevitablemente convergen para dar paso e instaurar la anarquía, el control, la devastación, sustitución de los valores por los antivalores para liquidar progresivamente la institucionalidad democrática que agoniza asfixiada por el modelo político socialista.
Todos los poderes públicos en todos sus niveles, sin excepción alguna, son severamente cuestionados por todas sus actuaciones, que ignoran y violan la constitución dejando en condiciones de minusvalía e indefensión a los ciudadanos.
Esta realidad que abruma, somete y atropella al pueblo venezolano se convirtió en una práctica recurrente, de magnitud pandémica, que aplica en las otras instituciones. Las universidades, por ejemplo, no escapan a esta era de descomposición y arbitrariedad, que ha tomado fuerza por el incumplimiento, desaplicación y permanente desacato al estamento jurídico que las rige. La manipulación les ha creado un caos en su funcionamiento.
En la universidad de los andes (ULA), el actual rector Mario Bonucci el cual asumió su cargo en el año 2008 se ha mantenido en el mismo por más de 17 años, debido a diversas circunstancias de índole político y jurídico entre otras, todas producto de la crisis política general del país que ha venido transitando y consolidando la ingobernabilidad, apuntalada por diversos intereses obscuros de grupúsculos e individualidades que viven de la agonía de esta prestigiosa casa de estudios, que dicho sea en el pasado reciente logró incidir exitosamente en la sociedad y todos sus quehaceres, en varios estados del país y por su alto nivel, finalmente alcanzó con magnanimidad ser reconocida nacional e internacional.
Si bien el sistema educativo en todos sus niveles ha sido desatendido, vulnerado, atacado y despojado de presupuestos justos, acosado por el sistema político imperante y llevado a los niveles críticos para su correcto funcionamiento por parte del estado, también es cierto que la sociedad en general llevada forzadamente a niveles de pobreza crítica, controlada por las políticas económicas fracasadas y fallidas por más de dos décadas, dan como resultados una gran implosión y secuestro por una sobredosis de un cóctel de complicidades que han degradado y empañado la historia de más de 200 años de evolución educativa en el occidente del país.
Estas líneas invitan a la reflexión. Los recintos universitarios han sido siempre escenarios para la discusión y libre pensamiento, pilares fundamentales del sistema democrático durante toda nuestra historia republicana. Indudablemente la era revolucionaria cimbro y transformó sus objetivos primarios.
La universidad de los andes, tema que hoy nos ocupa actualmente es víctima de una autocracia, otros dicen que es una dictadura en medio de la peor crisis en sus 240 años de historia que cumple este 2025.
Un rector a todas luces autosuficiente que suprimió hace más de una década la participación de los ex rectores en las consultas periódicas de asesoramiento para la toma de decisiones trascendentales de la institución. De esta manera mostró cuáles serían en lo sucesivo sus acciones futuras, hoy implantadas y quirúrgicamente ejecutadas, por la comunidad universitaria conocidas y por mi responsablemente corroboradas. Las cuales me permito describir a continuación.
Despojó arbitrariamente de muchas de sus competencias a los vicerrectores. En el caso del Vicerrectorado Académico le arrebato las competencias de dirigir y coordinar las Direcciones de Postgrado, Intercambio Científico, de asuntos, estudiantiles (DAES), Consejo de Desarrollo del Pregrado (CODEPRE) y Consejo de Investigación y Desarrollo (CDCHT) nombrando en esos cargos gente de su entera confianza que dan cuenta directa a su inquisidor despacho, obviando la autoridad que le confiere a la ley de universidades al Vicerrectorado Académico.
En esa misma situación se encuentra el Vicerrectorado Administrativo a quien le despojo de las direcciones de Servicios Generales, de Ingeniería y Mantenimiento, y la de Personal.
El Secretario de la Universidad renunció hace un tiempo porque no resistió la presión del Rector Bonuchi, quien intervino esa instancia colocando allí uno de sus auxiliares incondicionales, de tal manera que es Rector y Secretario a la vez, además controla férreamente los funcionarios que ejercen los cargos en las direcciones confiscadas a los desmembrados y desarticulados vice rectorados de la Universidad antes señalados.
El Rector Bonuchi ha impuesto una autocracia, amparado por la ultrajada y casi inexistente autonomía universitaria con el apoyo de sus padrinos en el alto gobierno nacional y regional cuyos funcionarios han sido beneficiados de distintas maneras como se ha denunciado en los últimos años. Tema del cual nos ocuparemos en otro momento y que forman parte de un conglomerado de irregularidades que desdice de esta gestión que lleva en ejercicio más años de los que Chávez estuvo en el poder o los que lleva Maduro en la presidencia de la república.
Finalmente estos y otros desmanes cometidos han consumado el control absoluto del poder dentro del claustro universitario, pero la gente se pregunta ¿para beneficio de quién?
La tragedia que viven actuales autoridades acorraladas, profesores, empleados ,obreros activos y jubilados y la gran masa estudiantil son de dimensiones alarmantes por la pérdida de beneficios, salarios simbólicos, infraestructura desatendida y en acentuado deterioro, salvo algunas excepciones por la cuestionada intervención del gobierno de turno en una modalidad aceptada por el alto jerarca ulandino por favores recibidos. Denuncias de cobros indebidos, denunciados nacional e internacionalmente por egresados hoy migrantes afectados al tratar de regularizar su documentación, para lograr ejercer sus profesiones en otras latitudes, por señalar algunos otros aspectos que son de conocimiento público y que agravan la responsabilidad directa e inequívoca de quien controla todo, no resuelve absolutamente nada y se niega hábilmente a entregar el poder pactando una convivencia tras bastidores que le brinda solidez en su estatus y comodidad al régimen ante la imposibilidad de ellos poder controlar la universidad con un candidato oficialista que de hecho no presentaron en la comisión electoral en el proceso aperturado en el año 2024 y que fue nuevamente suspendido.
Ante esta realidad que corroe esta honorable pero hoy mancillada institución, se ha procurado celebrar esta elección de autoridades para rescatar la universidad del estado de postración en que se encuentra y poder reestablecer la normativa jurídica que la ha regido y que ha sido violentada en todo su contexto- imperativo y obligante recuperar la ética y la moral además de la majestad e importancia en el ejercicio de los cargos de todos los ciudadanos que la representen.
El andamiaje de autoridades en los diferentes niveles ejerce en carácter provisorio producto de la dedocracia rectoral, lo cual potencia la incondicionalidad y lealtad a lo que aquí consideramos incorrecto y necesario de resolver.
La universidad no puede seguir siendo víctima de una autoridad vitalicia sustentada por un consejo universitario que le atiende exclusivamente a sus designios e intereses y sus pretensiones de continuidad.
Mis expresiones no son más que un sentir de todos los ulandinos que se sienten víctimas de la indolencia, la inacción, las corruptelas, el amiguismo, la arbitrariedad, la complicidad y la manipulación.
La nación está en una era convulsionada, llena de expectativas con un pueblo ávido de justicia, de un buen vivir, donde existan posibilidades reales para todos, donde se reivindiquen a todos los que han sido afectados y atropellados por el sistema, las universidades no escapan a esta realidad y formarán parte de la nueva Venezuela.
Señor rector de la Universidad de los andes Mario Bonucci Rossini Facilite el proceso, reconozca sus errores. Con hidalguía y responsabilidad acepte el clamor general de los ulandinos dentro y fuera del país y los ciudadanos en los estados Mérida, Trujillo y Táchira. ¿Cuál es el miedo? ¡Elecciones ya!