Según Andrés Velásquez, el voto del 28J fue invalidado, perdiendo su poder esencial: el de elegir. El contexto de sus declaraciones sugiere una crítica al proceso electoral, implicando fraude o manipulación que socava la soberanía popular.
Velásquez describe la situación como una «farsa», indicando su rechazo a participar en lo que considera un proceso viciado; cuestionando lo ocurrido en las elecciones, asegurando que el 28J el voto fue vaciado y se eliminó su poder vital de elegir.
Según él, el proceso electoral no respetó la voluntad de los ciudadanos, lo que deslegitima los resultados y pone en duda la validez de futuros comicios bajo las mismas condiciones.
El deber ser es defender el voto que elige 28J, escribió, dejando claro su rechazo a lo que calificó como una chapuza electoral participar en los comicios del próximo 25 de mayo.
Otros comentarios resaltan la necesidad de defender la validez del voto del 28J.
El 28J el voto fue vaciado y se eliminó su poder vital de elegir. Si mediante acto de fuerza y fraude se desconoce la soberanía popular; el acto de votar se convierte en algo simbólico funcional para la dictadura. El deber ser es defender el voto que elige 28J