En términos generales, los creyentes en Jesucristo viven una espera de Su venida, más que alcanzar metas establecidas por Dios en Su plan eterno. Una de estas metas, es presentar ante Cristo un pueblo santo, sin mancha, ni cosa semejante, es decir, un pueblo justo e integro.
Esta meta para la iglesia en términos generales se obvia, porque se cree que es imposible lo que Dios nos está demandando; nos vamos por las ramas y dejamos atrás lo que nos debe hacer avanzar en el plan de Dios para lograr el cumplimiento de Su propósito.
Dios prometió al pueblo de Israel un nuevo pacto, por cuánto no lograban la santidad requerida por Él atravès de la ley, cuando llegó el artífice de estas promesas que los podía hacer vivir en justicia, lo rechazaron y Dios abrió este nuevo pacto a los que creyeran en el autor; en tal sentido, la iglesia no puede rehuir alcanzar este objetivo plasmado por Pablo en Efe 5: v27: a fin de presentarse a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
Todo Ministro que está a cargo del pueblo de Dios, debemos procurar llevar a la iglesia a este nivel, si realmente creemos que es requisito indispensable para entrar en la dispensación del Reino milenial, [Rom 8: v21. porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción (Milenio), a la libertad gloriosa de los hijos de Dios(Era de la Gracia o de la iglesia)].
Dios trajo el Nuevo Pacto para este fin, que Él ilumine nuestro entendimiento en cuanto a este asunto.
Shalón es Paz.
Por el pastor Andy DaSilva.
Guanare. Venezuela.