En Venezuela, incluyendo el Estado Bolívar, los apagones de Corpoelec son frecuentes, llegando a ocurrir hasta 6 veces al día. Estos cortes de luz pueden durar entre 4 y 12 horas diarias, según la región, y a menudo no son programados ni comunicados, generando incertidumbre en la población.
En el estado Bolívar, Venezuela, la falta de suministro eléctrico es un problema recurrente. Los apagones son frecuentes, llegando a ocurrir hasta 6 veces al día, lo que afecta significativamente la vida cotidiana de la población. Estas interrupciones son más comunes en la Ciudad Guayana, donde además se registran picos de alta tensión que ponen en riesgo los electrodomésticos. La situación ha generado preocupación y nostalgia por el apagón masivo de 2019, que dejó a Venezuela sin electricidad por casi una semana.
La información indica que los cortes de luz son frecuentes en Ciudad Bolívar, estado Bolívar, con interrupciones que pueden ocurrir hasta seis veces al día. Además, se reportan fallas eléctricas relacionadas con las lluvias, que dificultan la recuperación del servicio. Se menciona un corte de 24 horas en algunos sectores. Como medida, se ha ajustado el horario laboral en algunas áreas.
Esta situación es parte de un problema persistente que se ha agravado con el tiempo. Las causas incluyen falta de mantenimiento, escasez de recursos, y el racionamiento implementado por el gobierno. El problema de los apagones comenzó en 2019 y continúa afectando a la población. Esto genera inconvenientes significativos para la vida diaria y la actividad económica.
Los cortes de luz en el estado Bolívar, como en muchas otras regiones de Venezuela, pueden atribuirse a varias causas, incluyendo:
- Infraestructura Deteriorada: Muchas de las instalaciones eléctricas están envejecidas y no han recibido el mantenimiento adecuado, lo que provoca fallas frecuentes.
- Falta de Inversión: La falta de recursos para inversiones en el sector eléctrico ha llevado a una disminución en la capacidad de generación y distribución de energía.
- Condiciones Climáticas: Las lluvias intensas pueden provocar daños en la red eléctrica, lo que resulta en cortes repentinos del servicio.
- Problemas de Generación: La dependencia de fuentes hídricas, como las hidroeléctricas, puede hacer que la generación de electricidad sea inestable, especialmente en temporadas de sequía o cuando la capacidad de los embalses es baja.
- Sobreexplotación de la Red: La creciente demanda de electricidad, junto con la limitada capacidad de generación, puede generar sobrecargas en el sistema.
- Vandalismo y Robo: El robo de cables y otros componentes de la infraestructura también contribuye a la inestabilidad del servicio.
Estos factores, combinados, crean un entorno vulnerable que resulta en frecuentes interrupciones del servicio eléctrico.
La falta de luz tiene un impacto significativo en la vida diaria de la población en el estado Bolívar y en otras regiones de Venezuela. Algunos de los efectos más relevantes son:
- Inconvenientes Diarios: La interrupción del suministro eléctrico afecta la rutina diaria, dificultando actividades cotidianas como cocinar, estudiar, trabajar y realizar tareas del hogar.
- Afectación en la Salud: Los cortes de luz pueden interrumpir el funcionamiento de equipos médicos en hospitales y clínicas, comprometiendo la atención de los pacientes.
- Alimentos en Riesgo: La falta de electricidad afecta la refrigeración de alimentos, lo que puede llevar al desperdicio de productos perecederos y a problemas de escasez alimentaria.
- Problemas Económicos: Los negocios dependen de un suministro constante de electricidad para operar. Los cortes frecuentes pueden llevar a pérdidas económicas significativas, cierre temporal de comercios y afectaciones en la producción.
- Aumento de la Inseguridad: La falta de luz en la noche puede generar un aumento en la inseguridad, ya que se dificultan las medidas de protección y vigilancia en las comunidades.
- Estrés y Malestar Psicológico: La inestabilidad del suministro eléctrico puede generar frustración y estrés entre los habitantes, afectando su bienestar mental y emocional.
- Dificultades en la Educación: Los estudiantes enfrentan desafíos en su aprendizaje, ya que las clases virtuales se ven interrumpidas y el acceso a materiales educativos se torna complicado.
Estos impactos resaltan la importancia de contar con un suministro eléctrico confiable y las consecuencias que su falta puede tener en la calidad de vida de las personas.
La falta de luz en el estado Bolívar, y en general en Venezuela, afecta a la población de diversas maneras:
- Interrupción de Actividades Diarias: Las personas tienen dificultades para realizar tareas cotidianas como cocinar, trabajar, estudiar y mantener el hogar.
- Impacto en la Salud: La falta de luz puede afectar el funcionamiento de hospitales y clínicas, impidiendo que equipos médicos esenciales operen correctamente y poniendo en riesgo la atención a pacientes.
- Pérdidas Alimentarias: Los cortes eléctricos afectan la refrigeración de alimentos, lo que puede llevar al deterioro de productos perecederos y contribuir a la inseguridad alimentaria.
- Dificultades Económicas: Los negocios enfrentan pérdidas por la interrupción de sus operaciones. Esto puede resultar en cierres temporales y en la disminución de ingresos para comerciantes y trabajadores.
- Aumento de la Inseguridad: Las interrupciones de luz pueden generar un aumento en el crimen, ya que la falta de iluminación pública dificulta la visibilidad y el monitoreo de actividades delictivas.
- Estrés y Ansiedad: La incertidumbre y la frustración por los constantes cortes de luz pueden generar problemas de salud mental entre la población, aumentando el estrés y la ansiedad.
- Dificultades Educativas: Los estudiantes tienen problemas para acceder a clases virtuales y a recursos educativos, lo que puede afectar su rendimiento académico.
Estos efectos destacan la importancia de un suministro eléctrico confiable para el bienestar general de la población.
Sabotaje y sequía
Durante los últimos años, millones de venezolanos han tenido que acostumbrarse a vivir entre apagones y racionamiento de electricidad, que son más o menos frecuentes dependiendo del clima, la demanda y la época del año.

Las causas de la crisis eléctrica son múltiples y complejas y difieren según a quién se le pregunte.
Los reportes mensuales de la estatal Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) se dejaron de publicar en 2009; el informe de gestión anual del ministerio de Energía no se divulgó en 2014 y el documento de rendición de cuentas que esa cartera presenta a la Asamblea Nacional cada enero no registra cifras globales de generación eléctrica.
El gobierno rechaza que haya problemas en el sistema eléctrico y atribuye los cortes a un supuesto sabotaje, y el racionamiento a la sequía y a la excesiva demanda.
En una rueda de prensa en la que no se permitieron preguntas, el titular de Corpoelec, Motta Domínguez expuso con fotos y gráficos 13 nuevos casos (a inicios de la semana dijo que ya van 18) de supuestos ataques al sistema eléctrico, los cuales atribuyó a personas interesadas en fomentar malestar entre la población antes de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.

«Están repitiendo el patrón de antes de elecciones», dijo en referencia a cortes de energía que coincidieron con elecciones en años anteriores.
El gobierno venezolano también dice que los racionamientos eléctricos –y de agua– son consecuencia de las sequías de los últimos años, que limitan la producción de las hidroeléctricas, responsables de un 70% de la oferta (lo que para muchos expertos es demasiada dependencia en un solo método de generación).
En diciembre de 2009, el gobierno decretó una emergencia eléctrica que se prolongó por un año, pero los apagones continuaron.
La sequía fue identificada como la causa, aunque una alta funcionaria de Corpoelec reconoció, en mayo de 2010, que «tenemos serias debilidades en la generación (…) Esperamos poder ofrecer un sistema eléctrico más estable para el próximo año».
Los problemas, pese a las millonarias inversiones del gobierno, continuaron.
En abril de 2013, el entonces ministro de Energía, Jesse Chacón, dijo que si en 100 días no se cumplía un plan para corregir el servicio eléctrico, renunciaba.
El plan se desarrolló y, a los 100 días, las críticas llovieron sobre el ministro, que salió del cargo dos años y medio después de aquella célebre promesa.
Generación, falta de mantenimiento, escasez
Las versiones sobre el sabotaje y la sequía no convencen a muchos venezolanos, que saben del potencial eléctrico que tiene el país petrolero no solo en teoría, sino en infraestructura ya instalada.
Expertos consultados entre ellos ingenieros activos de Corpoelec– atribuyen los cortes de energía al déficit de generación de energía, por un lado, y a la falta de mantenimiento del sistema, por el otro.
El país genera entre 19.000 y 20.000 megavatios (MW) y la demanda se ubica entre 16.000 y 18.500 MW.
Ingenieros de Corpoelec corroboraron estas versiones
Pero más que la generación, la raíz del problema es que no hay infraestructura nueva para conexiones adicionales.
Es un problema de distribución: cada vez que se conecta alguien nuevo, se va mermando el conductor y se daña el aislamiento y, si no se instalan nuevas vías de transmisión, el sistema colapsa.

Todo el sistema de distribución de energía –desde el reemplazo de un transformador caducado hasta el repuesto del carro que usan los electricistas– se ve afectado por la crisis de divisas e importaciones que actualmente sufre Venezuela, una problemática que ha sido reconocida en varias memorias del ministerio de Energía.
Para comprar algo –ponte tú un contador o un transformador– hay que pasar mucho trabajo burocrático y a veces el plazo de pago con el importador se vence.
En la página web de Corpoelec, se encuentran cientos de documentos oficiales en los que la adquisición de nuevos equipos es declarada «desierta» por la imposibilidad de pago.
Conexiones ilegales
Como en cualquier barrio popular de Venezuela, que es donde vive la mayoría de la población, en la zona Core 8 de Ciudad Guayana el cielo está tapado por una telaraña de cables.
Amarrados desde los puntos de alta tensión hasta las casas, los cables le dan electricidad a cientos de personas que no pagan por el servicio, en una práctica que se repite a lo largo del país.

Una ley de 2010 castiga con 1 a 5 años de cárcel el robo de electricidad, pero en 8 años instalando conexiones ilegales el ferretero dice no haber conocido un solo caso que haya sido sancionado.
En medio de la bonanza que vivió Venezuela entre 2004 y 2008, y gracias a los planes sociales del gobierno, millones de personas compraron televisores, lavadoras o aires acondicionados importados a precios módicos.
La demanda, según cifras oficiales, se duplicó en una década, dejando a Venezuela como el mayor consumidor per cápita de electricidad en América Latina.
Un sistema de lujo
Las venezolanas fueron de las primeras ciudades en América Latina en tener electricidad, pero el sistema que fue pionero durante décadas hoy se ve rezagado en comparación con otros países.

Tras 8 años de existencia, Corpoelec aún depende de la financiación del Estado, a diferencia de su antecesora, Electrificación del Caroní C.A. (Edelca), una compañía también pública encargada de la generación eléctrica que contrataba empresas mixtas y privadas para la transmisión, transformación y distribución de la electricidad.
Edelca era la compañía donde todo ingeniero eléctrico venezolano quería trabajar, según varios testimonios de trabajadores. Era prestigiosa, moderna, eficiente.
Hoy los empleados recuerdan con nostalgia las actividades turísticas y deportivas que desarrollaba Edelca e, incluso, muchos aún se ponen el uniforme de la extinta compañía.