Nicolás Maduro acusó de sabotaje en la planta hidroeléctrica Guri, atribuyendo el ataque a la oposición y a Estados Unidos, sin presentar evidencia. Según Maduro, el sabotaje afectó cuatro máquinas generadoras de electricidad. El incidente, ocurrido en una infraestructura crítica para el suministro eléctrico venezolano, fue calificado como un intento de desestabilización. La acusación se enmarca en un contexto de tensiones políticas en el país, donde los problemas eléctricos son recurrentes.
Maduro no ha especificado públicamente qué tipo de evidencia busca para respaldar su acusación de sabotaje en el Guri. Sin embargo, generalmente en estos casos, las autoridades buscan pruebas como:
- Imágenes o vídeos que muestren a los supuestos autores del ataque.
- Testimonios de trabajadores o expertos que hayan observado irregularidades o actividades sospechosas.
- Análisis técnico o informes de ingenieros que identifiquen formas deliberadas de daño o sabotaje.
- Informes de inteligencia o investigaciones que puedan vincular a actores políticos o externos.
Hasta ahora, la denuncia ha sido comunicada principalmente a través de declaraciones públicas, sin que se hayan divulgado evidencias concretas para respaldarla.
El impacto del sabotaje en el Guri puede ser bastante grave, ya que esa central hidroeléctrica es una de las mayores fuentes de electricidad en Venezuela. La interrupción de cuatro máquinas generadoras puede reducir significativamente la capacidad de generación eléctrica, causando apagones o restricciones en el suministro. Esto afecta hogares, hospitales, industrias y servicios públicos, agravando la crisis eléctrica que enfrenta el país y generando caos y dificultades diarias para la población.
Hasta ahora, las autoridades venezolanas han anunciado que reforzarán la seguridad en infraestructuras críticas, incluyendo el Guri, y aumentarán la vigilancia y el control de acceso. También han intensificado las investigaciones para identificar y capturar a los responsables del sabotaje. Además, se busca fortalecer la infraestructura y diversificar las fuentes de energía para reducir la vulnerabilidad ante futuros ataques. Sin embargo, la eficacia y detalles específicos de estas medidas aún no son ampliamente conocidos.
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