• Sáb. Ago 23rd, 2025

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Dormir en un ambiente frío podría impulsar el metabolismo y mejorar el descanso

Conciliar el sueño en una habitación con temperaturas bajas no solo podría traducirse en una noche de descanso más profundo, sino que también podría ofrecer beneficios metabólicos, según revela un estudio respaldado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos. La investigación encontró que dormir a una temperatura de 19 °C estimula el aumento de la grasa parda, un tejido adiposo especializado en quemar energía para generar calor corporal. Este hallazgo sugiere una nueva y sencilla estrategia para mejorar la salud metabólica simplemente ajustando el termostato antes de acostarse.






Los efectos de este hábito van más allá de la simple sensación de confort. El estudio demostró que el incremento en la actividad de la grasa parda se traduce en un gasto calórico adicional de casi 200 calorías por día, sin que los participantes realizaran cambios en su dieta o rutina de ejercicios.

Además de la quema de calorías, los investigadores observaron una mejora significativa en la sensibilidad a la insulina, un factor crucial en la prevención y manejo de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2.

Expertos en el campo del sueño respaldan la idea de mantener un dormitorio fresco. Instituciones de renombre como la Cleveland Clinic y la Sleep Foundation recomiendan un rango de temperatura para dormir que oscila entre los 16 °C y los 19 °C.

Según explican, una temperatura ambiental más baja ayuda a que la temperatura corporal interna descienda, una señal fisiológica clave que facilita la transición hacia un sueño más profundo y reparador, permitiendo que el cuerpo complete sus ciclos de restauración de manera más eficiente.

A pesar de los notables beneficios, es importante considerar que esta práctica puede no ser adecuada para todas las personas. Individuos con ciertas condiciones médicas, como problemas circulatorios o enfermedades respiratorias como el asma, podrían encontrar que las temperaturas frías exacerban sus síntomas.

Por ello, antes de realizar cambios drásticos en el ambiente de descanso, se recomienda que las personas con condiciones de salud preexistentes consulten a su médico para determinar la temperatura ideal para un sueño seguro y beneficioso.

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