Los efectos de la canela en la piel se atribuyen principalmente a sus potentes compuestos antioxidantes y antiinflamatorios. Al ser aplicada de forma tópica, esta especia ayuda a estimular la circulación sanguínea.
La canela, esa especia aromática que evoca postres y bebidas calientes, esconde en su fragante corteza un secreto a voces en el mundo de la cosmética natural. Utilizada durante siglos en diversas culturas por sus propiedades medicinales, hoy se posiciona como un ingrediente estrella para el cuidado de la piel. Sus beneficios, respaldados por la ciencia, van desde la revitalización cutánea hasta la lucha contra impurezas, ofreciendo una alternativa natural para mantener una piel saludable y radiante.

Los efectos de la canela en la piel se atribuyen principalmente a sus potentes compuestos antioxidantes y antiinflamatorios. Al ser aplicada de forma tópica, esta especia ayuda a estimular la circulación sanguínea. Este aumento en el flujo sanguíneo se traduce en una mejor oxigenación y nutrición de las células de la piel, lo que puede resultar en una apariencia más firme, revitalizada y saludable, combatiendo la opacidad y promoviendo un brillo natural.
Además de su capacidad para mejorar la circulación, la canela posee notables propiedades antimicrobianas. Esta característica la convierte en un ingrediente eficaz para la limpieza profunda de los poros y la reducción de impurezas, siendo un componente habitual en mascarillas y bálsamos destinados a pieles con tendencia a imperfecciones. Para un tratamiento casero, se puede preparar un sencillo bálsamo calentando a fuego bajo tres cucharadas de aceite de oliva y añadiendo una cucharada de canela en polvo hasta crear una mezcla homogénea que se deja enfriar antes de su uso.
Este bálsamo revitalizante se puede aplicar con suaves masajes circulares en brazos, piernas o abdomen, no solo para hidratar, sino también para aprovechar sus propiedades estimulantes. Los expertos recomiendan utilizar esta preparación de dos a tres veces por semana.