A solo dos semanas de las elecciones municipales, nos encontramos en un momento crucial para el futuro de nuestro municipio. Es imposible ignorar las dificultades que rodean este proceso electoral, pero incluso en medio de las adversidades, hay algo que resalta con fuerza: el respaldo genuino y entusiasta de nuestra comunidad.
Cada mensaje, cada llamada, cada palabra de aliento que recibimos es un testimonio del compromiso de los petareños con el cambio. Esa energía nos recuerda que la esperanza puede más que el miedo, y que la voluntad de un pueblo es siempre más fuerte que cualquier obstáculo. Porque, como bien sabemos, la peor batalla es la que no se libra.
Esta lucha trasciende lo electoral. Nos enfrentamos a un modelo de gobierno que ha traicionado a su gente, y también a quienes pretenden imponer su dominio desde el poder económico, creyendo que con dinero pueden comprar conciencia y torcer la voluntad popular. Pero Petare no se vende ni se rinde. Aquí hay dignidad, coraje y una firme decisión de defender lo que es justo.
Por eso he asumido el compromiso de liderar esta campaña con convicción y responsabilidad, no solo para detener al mal gobierno, sino también para rechazar a los «paracaidistas» que aparecen cada cuatro años sin conocer ni respetar nuestra realidad. Nuestra plancha está conformada por líderes auténticos, con trayectoria, compromiso y principios. Carlos Valbuena, Martín Flores, el concejal José Pacheco, entre otros, son ciudadanos ejemplares dispuestos a construir el municipio Sucre que todos merecemos.
El próximo 27 de julio será un día determinante. Con el respaldo de la mayoría de los sucrenses y con una unidad sólida, podemos comenzar a escribir un nuevo capítulo para nuestro municipio. Uno donde la educación, el trabajo honesto y el progreso sustituyan al abandono, la improvisación y la exclusión. Un capítulo que nos devuelva el orgullo de vivir en uno de los mejores municipios de Venezuela.
La historia nos lo ha enseñado: cuando un pueblo se une, ni el más poderoso gigante puede detenerlo. Hoy, más que nunca, necesitamos coraje, determinación y esperanza. A cada vecino, a cada joven, a cada madre, padre y trabajador: es hora de levantar la voz, de defender nuestro futuro y de hacer historia juntos.
La victoria es posible. Depende de nosotros. ¡Cuento contigo!