Mientras trabajadores secuestrados están incomunicados en Yare II y Yare III.
Los familiares de los trabajadores secuestrados, hace más de un mes en los puertos petroleros de las refinerías de Amuay y Cardón en Paraguaná, por el funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), alquilaron un autobús de 36 puestos para ir hasta Yare II y Yare III en el estado Miranda. Fueron 20 horas de viaje por carretera, 10 para ir y 10 para regresar a sus hogares en Falcón. No les permitieron ver a sus familiares, a quienes solo pudieron dejar con los custodios, con la esperanza de que hayan llegado a sus manos, los productos solicitados para aseo personal, ropa y un tobo.
Esa gente regresó a Punto Fijo “con el corazón destrozado” porque se enteraron que sus familiares están acusados de terroristas, robo de combustibles y legalización de capitales. Están sometidos a investigaciones, sin derecho a nada, y solo podrán salir libres si no se comprueban los delitos. Insólito. La presunción de inocencia no existe para el régimen criminal de Nicolás Maduro.
Mientras el pueblo trabajador sufre, algunos gerentes clave se han dado a la fuga, luego que el gerente de PDV-Puertos Amuay fuera detenido y, según fuentes, condenado vía express y sumaría 15 años de prisión.
Están desaparecidos, huyendo o en otro plano astral, quien sabe, el gerente de PDV Puertos de Cardon, el gerente de los muelles del centro de refinación Paraguaná y el gerente general de muelles y aeropuertos dé Paraguaná, además un general del ejército de apellido Delgado.
Puedo decir que los trabajadores no son quienes deciden sobre los tanqueros que se llevan crudo o productos refinados. Hay un sistema de fiscalización, los volúmenes se aprueban desde una sala de control, luego de que PDVSA Caracas da el visto bueno para cada carga. Es imposible que los trabajadores puedan decidir, disponer u ordenar nada, sin las aprobaciones de los jefes. Si hay realmente una investigación tiene que apuntar hacia arriba, no hacia abajo.
Esta es una situación violación de los derechos humanos inédita en Venezuela y me atrevería a decir que en el mundo civilizado, en la cual se acorrala a trabajadores y sus familias, quienes viven con miedo y terror, obligados a callar ante los atropellos. Aquí los delitos y los culpables se eligen a dedo por la organización criminal que existe en PDVSA. Seguiremos denunciando el terrorismo de Estado. Fuerza mi pueblo petrolero de Falcón, es un momento muy duro para ustedes, pero todas las dictaduras caen. Mientras más amenazan y gritan más cercano está su fin.
Dirigente sindical del petróleo y gas