Vamos edifiquemos una ciudad cuya cúspide yegue al cielo y hagamos un nombre, por si fuéramos esparcidos sobre la faz de la tierra (Génesis XI). En 1828, en su última visita a su amada Caracas yevarían al Libertador a raspar el aire con esta pregunta dirigida a su tío Esteban Palacios, recogida en una de sus expresiones más luctuosa, ¿Dónde está Caracas? Caracas ya no existe, y hoy nos repetimos la misma interrogante ¿Dónde está Caracas?

Primer plano de Santiago de León de Caracas, 1578. Copia dibujada por Antonio Muñoz Ruiz del original que se conserva en el Archivo General de Indias, Sevilla, España, junto a la Relación de la Descripción de la Provincia de Caracas por el Gobernador Don Juan Pimentel.
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Una acotación necesaria…
La mayoría de nosotros hacemos uso de la ciudad sin plantearnos muchas preguntas sobre eya. La vivimos simplemente aceptando sus aspectos contrapuestos y disfrutamos con fruición sus ventajas. Para la mayoría de sus habitantes, son más sus males que sus bondades, lo que ha construido una visión apocalíptica de nuestra urbe, tan emparentada con aqueya que se tenía en la edad media de los viyanos que vivían en las poblaciones, corrompidos por los aires de cambios que ahogaban la localidad y que no profetizaban nada bueno, sino relajamiento de las costumbres, tradiciones de la vida rural, a contrapelo de la pureza que los distinguía producto de su cercanía con la naturaleza. La ciudad se nos presenta como una paradoja. La sentimos, la amamos, la odiamos. Es, por lo tanto, nuestra, pero a veces resulta ajena, desconocida, indescifrable y en el mayor de los casos insoportable. Eya, es para nosotros sus habitantes, una especie de Dios Jano, que muestra sus dos caras opuestas. La Metrópoli, constituye una caja de sorpresas especialmente para los especialistas de nuevo troquel. Por eso las ciudades en todo tiempo histórico peligran, caen de rodiyas, enferman, mueren. El siglo XX, como ningún otro, demostró como eliminar ciudades enteras. Ni Escipión frente a Numancia o Cartago ha destruido ciudades con tanta saña y eficacia como nuestro período: Verdún y Guernica, de Sarajevo a Sarajevo, Chuncking y Dresden, Hiroshima y Bagdad. La historia es urbanicida. Algunas ciudades sobreviven, otras desaparecen para siempre. Ya no hay Babilonia. El Cuzco de los Incas es un espectro. La Tenochtitlán de los aztecas es un subsuelo pétreo y tembloroso sobre el cual se alzan las sucesivas ciudades de México. La indígena, la barroca, la neoclásica, la decimonica, la moderna. Roma, va añadiendo capas casi geológicas a su edad antigua. El espectacular crecimiento y complejización de las ciudades en las últimas décadas incrementa la posibilidad de que, a mediados de este siglo, vastas metrópolis, con sus tierras adyacentes y poblaciones leales, eclipsen a las naciones en importancia política. Estados Unidos es cada vez más un conglomerado de “ciudades estado” que compiten pacíficamente. Un 85% de los habitantes de Arizona residen en el gran corredor urbano Tucson-Phoenix y se calcula que en el 2050 lo hará el 98%. El noroeste del pacifico se esta convirtiendo en una sola comunidad urbana situada al largo de la carretera interestatal 5 desde Eugene (Oregón) hasta Vancouver (Columbia Británica), lo que diluye cada vez más la frontera entre EE UU y Canadá. En otras partes del mundo, un número significativo de ciudades estados emergentes, Sao Pablo, Bogotá, Moscú, Kiev, Bakú y Kunming, en el Sur de China; todas eyas rodeadas por regiones débiles y anárquicas, que pueden ser controladas por grupo financieros en concierto con la delincuencia organizada, la expresión mas dramática son los casos de México y Venezuela. Esos carteles que como principados neomedievales provistos de tecnologías de punta y abundante flujo financiero han obtenido la victoria en las elecciones de diversa regiones y localidades, la guerra desatada en el próximo pasado contra estos grupos por el Ejercito y todo el aparato de seguridad con resultados precarios, el dinero de la droga ha permeado la casi totalidad de el tejido social, con la secuela de violencia que se ha transformado en un grave riesgo para estabilidad del y la vigencia de los derechos humanos, algunos teóricos se han atrevido a adelantar la hipótesis que podríamos estar frente al caso de un Estado fayido y esos grupos junto a los cuerpos militares, influyen e influirán en la política en un grado mucho mayor que el sutil de hoy en día, en nuestras Metrópolis (Léase desarroyos urbanos incontrolados).
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Caracas una Ciudad ultrajada…
El siglo XX fue el último de la historia en el cual la humanidad era mayoritariamente rural. Los campos de bataya del futuro, serán en terrenos urbanos muy complejos. Si las fuerzas, de los Estados no saben luchar y repeler de cerca, su condición quedara entredicha, lo ocurrido en el pasado reciente el ingrato caso Mexicano, donde el Presidente Felipe Calderón, hubo de admitir penosamente que desconocían el poder de los grupos de narcotraficantes a quienes enfrentaron en una errada estrategia que derivo en un lamentable baño de sangre, especialmente de ciudadanos inocentes, en ese incruento enfrentamiento hubo 28.800 víctimas, se decomisaron más de 300 Aviones, 500 naves acuáticas incluyendo submarinos, 34.000 automóviles, 86.000 armas de fuego de las cuales 52.00 son fusiles de asalto y más de 10.000 kilos de cocaína, igual quedando evidenciado en el país con la crisis carcelaria mostrando sin mascaras el nivel de violencia y horadación moral que ha borrado los limites y capacidad de control de esas instituciones, estimando los expertos que ¿Qué en un calculo optimista se lograría afectarse em ese momento el 10% de todo flujo producido por el entramado que ha articulado el narcotráfico en el eje EEUU, México, Centroamérica, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, revelándose el rápido incremento del uso de Venezuela como franja para el blanqueo y como espacio de paso hacia los mercados europeos, estos datos son estremecedores. Las ciudades siempre han vivido más ayá del bien y el mal; el estado moral de nuestras capitales en especial la zona metropolitana es lastimosa. Y fuera de eyas, vías, bosques y tierras, se mueren a una velocidad sin precedentes. Corremos el riesgo de perder el equilibrio en nuestra zona urbana y condenar a los habitantes del vaye de Caracas y a su descendencia a vivir y morir en un lugar hostil. “El Universo requiere una eternidad”, escribió Jorge Luis Borges. “Y en el cielo, añadió, los verbos conservar y crear son sinónimos”. En la tierra se han vuelto antagónicos. Conservar y crear son verbos hostiles en este inicio del siglo. Para mirar la cara de un problema, su verdadero talante, se requiere, en primer lugar, situarse en el hecho de la verdad, que es obligado para determinarlo y abordar con seriedad su solución. Shakespeare señalaba que la verdad se convierte en un hecho humano cuando hay alguien que la dice o la escribe y alguien que la escucha o la lee. Cuando el problema es de naturaleza pública y su solución depende de quienes han sido electos para gobernar para las mayorías y no para los intereses individuales y especialísimos, para hacerlo en propiedad y con alta dosis de autenticidad, hay que recordar las palabras finales de clausura de un Congreso sobre gobernabilidad, pronunciadas por el doctor Enrique Tierno Galván, Alcalde de Madrid, (1979 y 1986), el constitucionalista, el maestro, el Sociólogo, el político, sucintamente sentenció: “Para gobernar eficazmente las ciudades, sólo se necesita sentido común”. De ayí que la incógnita de una ecuación para resolver un problema acuciante de la ciudad, es el resultado de la sumatoria de la verdad dicha o escrita, más la verdad oída o leída, y el sentido común que ostente el gobernante. Uno de las dificultades, entre las múltiples que existen en las ciudades es el de la basura que generan sus habitantes. Y este problema en particular contamina al estanco político con el mismo tufo que emanan los desechos en la ciudad y para la ciudad. En crecimiento sin control que se da en los conglomerados nuestros, los que más crecen son los que han venido alojándose en el este de la ciudad, los altos mirandinos y todo el eje oriental, poniendo a las autoridades, tanto como nacionales como locales a la defensiva, actuando contingentemente después del día D. La ciudad es una creación de la sociedad humana y, por ende, como eya, recorre un similar periplo de vida, nace, crece, se desarroya y muere con cada generación se reinventa y algunas veces como la basura se recicla. Por tanto, basura y ciudad están íntimamente unidas. Quienes intervienen, urbi et orbi, desde el ángulo privado, o bien desde el público, con su actitud pueden recorrer el mismo proceso de descomposición que experimenta el desecho resultante del consumo de bienes. Abordarlo desde el primer factor de la ecuación, de el ángulo de una aproximación a la verdad. Cinco ejemplos universales nos permiten divisar con claridad cuál es la resultante de ceñir la verdad contra esos intereses especiales con fe carbonaria: Antulio y Sócrates en el mundo antiguo, Jesús de Nazaret en la nueva era que inaugura; y Pier Paolo Passolini y John Lennon en la era moderna. Desde el mundo antiguo, de Sumeria después de la revolución neolítica, el Hombre se hace urbano, reuniéndose en esos conglomerados yamados las ciudades-estado embrionarias alrededor de los grandes ríos y ampliando con eyo las civilizaciones hidráulicas, hasta los complejos conglomerados actuales, la ciudad se ha venido complejizando crecientemente en sus dificultades. A medida que crecen requieren de soluciones ajustadas a sus dimensiones. En el marco de la metrópoli actual las soluciones deben contener una visión de integralidad, respetándose las particularidades de cada localidad. Nunca podrá zanjarse un problema restringiendo su solución a lo que resultó ser adecuado para un momento determinado y para unas dimensiones delimitadas y perfectamente definidas. Así, en el caso del problema de la basura la experiencia de la ciudad de brasileña de Curitiba no sería aplicable a Ciudad de México.
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Caracas su basura y los antecedentes históricos…
Por cierto, de vuelta hoy por el manejo opaco que le dan los alcaldes de la capital, obviamente las dimensiones no permiten comparación alguna. En nuestro caso venezolano, nunca a la complejidad del área metropolitana de Caracas podrá destinarse las experiencias que en esta materia han sido aplicadas al poblado de La Mesa de la ciudad de Mérida. En pasado cercano el factor basura fue un componente político capaz de producir cambios en la psicología urbana (hoy en una especie de letargo), hizo su presencia en la ciudad de Maracaibo durante el mandato del doctor Raúl Leoni en la gestión del gobernador Gabriel José Páez en tiempo previo a la asunción del gobierno nacional por parte del doctor Rafael Caldera, con la huelga del aseo urbano, unida a un cambio en el componente cultural producido por el muy querido maestro socialcristiano gaitero Ricardo Aguirre con la difusión de la letra e interpretación de la conocidísima Grey Zuliana. Luego del arribo al poder en el marco de la alternabilidad democrática del Inefable Dr. Rafael Caldera, bajo la prestada consigna del Cambio, que los socialcristianos asumieron como de eficiente “pegada política”, originalmente suscrita y ampliamente publicitada por el MIR nacido desde las entrañas de Acción Democrática a través del editorial redactado por Gumersindo Rodríguez y publicado en el órgano periodístico Izquierda el 14 de octubre de 1960: “la consigna del cambio de gobierno” de tal impacto en la opinión nacional, que correspondió al ministro de relaciones interiores, Luís Augusto Dubuc, a objeto de reducir a su mínima expresión, declarar que era un yamado abierto a la insurrección. Pero Caldera si entendió la profunda penetración de esta consigna no en balde el inteligente profesor de sociología del derecho tenía claro el concepto del hecho político, al punto de utilizarla esencialmente en su diseño de campaña para la contienda electoral que lo yevó al poder. También Caldera, impresionado de como a raíz de esa huelga del aseo urbano de Maracaibo había significado un crecimiento desmesurado de su partido COPEI en la región zuliana, en el declinar del hasta entonces poderoso e inexpugnable aparato Mepeco- adeco zuliano, una vez instalado en el gobierno, atendiendo al análisis que sobre tal hecho realizara el general Víctor Maldonado Michelena sobre las implicaciones en materia de seguridad de Estado, por el influjo del área metropolitana de Caracas sobre el resto del país, decidió asumir la prestación del servicio de aseo urbano, que para entonces manejaban los institutos Municipales de Aseo Urbano del Distrito Federal y del Distrito Sucre del Estado Miranda. Así, surgió la creación del Instituto de Aseo Urbano para el Área Metropolitana de Caracas, que conservó el logo y denominación anterior, hartamente conocido por la población urbana: el IMAU. Fue sin duda alguna, el primer acto pleno de implantación de la gestión integrada del servicio en sus fases de recolección, transporte, transferencia y disposición final, clausurándose los botaderos de basura de Ojo de Agua y Filas de Mariches y aperturándose en el sector la Bonanza de la carretera nacional hacia los Valles del Tuy, a 27 kilómetros del kilómetro 0 (cero) nacional, ubicado en Caracas frente al Fuerte Militar Tiuna, además del botadero de basura de Catia La Mar, para servicio exclusivo del Departamento Vargas del Distrito Federal. Igualmente, con eyo se le bajo el copete a profusos vicios administrativas mediante la implantación de manuales de operaciones y de control por vez primera, bajo el régimen de administración directa en un momento en el cual no había una cultura de pago del servicio. Debe decirse sin equívocos que esta primera etapa significó un salto cualitativo. Procuró el inefable doctor Caldera que se seleccionara al personal gerencial idóneo, (pese a ser un convencido partidario de estímulos a la libre empresa), desde el punto de vista técnico y político, se logró la eficiencia de el servicio en su integralidad, aunque se conservó la vieja conducta entre el personal de obreros recolectores, adquirida desde los tiempos de la dictadura perejimenista, de seleccionar desechos para su venta que acopiaban en sacos ubicados en los laterales de los camiones recolectores. Y este reciclaje inicial, aceptado conscientemente por la nueva gerencia imaucista, permitía que los trabajadores recibieran ingresos adicionales a sus salarios y bajara la presión alcista de los contratos colectivos por parte de los sindicatos. Ayí se encuentran los antecedentes de lo que posteriormente se conocerá como el beneficio de los “cesta-tickets” y la desgracia posterior de los “recogelatas”. Es de destacar que esta gerencia había diseñado para el IMAU un Plan de modernización a cumplirse cronológicamente en tres etapas en iguales períodos constitucionales, es decir, a 15 años. En esta primera etapa se cumplieron todos los objetivos trazados en la ingeniería conceptual y financiera y económica del servicio. Puede añadirse que fue el primer gobierno en todo el continente, incluida su parte norte (Canadá, Estados Unidos y México) que integralizó la gestión. Pero como los que no conocen la historia en sus especificidades, están condenados a que vengan del exterior a mostrarnos sus modelos, los cuales muchos de eyos fue una pública y reconocida asimilación del modelo venezolano: Caso Curitiba-Brasil. Bueno es recordar que Venezuela fue precursora asimismo de los programas de alfabetización, que tienen la impronta del maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa, y que fueron asimilados en la casi totalidad de centro y Sudamérica; igualmente la estrategia de control epidemiológico, orientada por un grupo de abnegados médicos venezolanos asimilados en varios países de clima tórrido a cuya cabeza destacó entre otros, el Dr. Gabaldon. Al período constitucional siguiente le correspondería cumplir con la segunda etapa del servicio. Ejercido por Carlos Andrés Pérez, durante el cual el país va a disfrutar el “boom de los altos precios del petróleo”, que, sin proponérselo, la cruda realidad de los hechos económicos trasladará a un tercer plano este acuciante y sentido problema urbano.
Hoy el deterioro de la ciudad requerirá de no se cuántas cuartiyas para un diagnóstico de su deterioro, el aseo urbano en connivencia con los alcaldes de todo pelaje al convertido el tema de la recolección de basura en uno de os negocio más lucrativos en el continente.
En fracaso del intento de descentralización…
Otro gobierno, el de Luís Herrera Campins, es quién aborda la segunda etapa del cronograma de modernización. Al efecto, el gobernante socialcristiano designa para tal encargo al ingeniero Edmundo Arias. Este cumple con los objetivos y el cronograma previsto: trasladar a empresas privadas el servicio de recolección y transporte, bajo el régimen de “contratos de operación” y es desde aquí que surge el concepto-denominación de “operadoras” a tales empresas, quienes se arrogan la plantiya de obreros del servicio de recolección que poseía el IMAU. Para que se cumpliera sin obstáculo alguno lo que sobre el particular se había trazado se formaron cuatro empresas, que respondían a la diarquía política que ya existía en el país luego del desplazamiento de URD. La alianza con capitales europeos y cubano-americano, pasaron a ejercer el servicio asignado, pero siempre bajo la supervisión, fiscalización, vigilancia y control del ente rector, el IMAU. Este sistema de inspección que en ciudades españoles e italianas había dado insuperables resultados fue el que se adoptó. La tercera etapa le correspondió al gobierno de Jaime Lusinchi, que puso al frente del IMAU al Ingeniero Pedro Lava Sánchez, quién acentuó los controles al punto de descubrir la gran estafa que cometían contra el Estado las empresas operadoras, disponiendo algunas de eyas terrenos de pre-transferencia ubicados en los alrededores de la planta o estación de transferencia de Las Mayas, dónde previamente se hacía un “tratamiento” a la basura, consistentemente en una doble complicidad, la empresa permitía que los obreros separaran unos cuantos kilos de material reciclable, a cambio de silenciar que la humedecían toda la basura depositada en los camiones compactadores a objeto de acrecentar el peso en un trescientos por ciento al momento de su control por medio del sistema de Tara, originando esta vez una triple confabulación, entre las empresas operadoras de la recolección, los empleados del IMAU encargados del pesaje y los técnicos de la empresa suplidora del sistema de pesaje, BASMELCA. Iguales procedimientos realizaban otros, pero con menos beneficios, ya que los terrenos de pre-transferencia estaban ubicados en Mariches para el caso de la primera, pero que iba perdiendo líquido en el traslado hasta La Bonanza, o de Macuto, que en los días de tráfico el escurrimiento durante el trayecto mermaba el peso de los volúmenes de residuos recolectados. A pesar de los contratos con las operadoras, el clientelismo sucedáneo fue aumentando progresivamente el plantel de personal del IMAU al punto, que, la relación supervisión-supervisado, alcanzó el guarismo de 21 a 1, es decir, para cada trabajador de las empresas operadoras del servicio, el IMAU empleaba a 21 operadores para labores de control. Un contrasentido, pero con la gravedad que era ostensible, producto del clientelismo sindical y político, sumado el hecho de cuotas sindicales, en el cual participaban las fracciones de AD, COPEI, MEP y URD, en el reparto de las cuotas políticas, pero esta vez, además de los partidos anteriormente señalados se incorporaron otros tres, el MAS, CAUSA R y el PCV, de manera proporcional en cuanto a importancia política. Es decir, una macrotorta para comensales con apetito en extremo copioso. Este pesado cuadro obligo a que, durante la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez, se resuelva la liquidación del IMAU con el objetivo de que los municipios asuman directamente el servicio de manera integral a través de una mancomunidad, tal como se expresa en la Ley de Crédito Público, nombrándose a tal efecto una Junta Liquidadora para que en un año efectúe la operación presidida por un general de la Guardia Nacional y profesor de la UCV. El proceso avanza a pasos acelerados, pero no logra su final gracias las observaciones contundentes que hizo quien tenía en ese momento un liderazgo indiscutible, el alcalde de Caracas, Claudio Fermín, el resto de los municipios yamados por Ley a mancomunarse, mantuvieron una conducta unánime del burgomaestre caraqueño al negarse a aceptar la entrega del Acueducto y del Aseo Metropolitano. Extinguido el tiempo legal, el Ministerio del Ambiente, crea FUNDASEO para continuar el proceso de liquidación. Sin embargo, el país atraviesa una crisis de gobernabilidad y en la etapa final se diluye el proceso. Aquí arranca toda una acción de las empresas operadoras en lobbies con los miembros de la Junta Directiva de FUNDASEO, con particular acentuación en el representante del Municipio Libertador, Julio Montes, designado por el nuevo alcalde, Aristóbulo Istúriz, con quién acuerdan, que acepte el servicio y se los otorgue vía concesión, porque eyos no están dispuestos a seguir bajo la condición jurídica de “operadores” y ante un mapa le exponen como hay que repartir el servicio. El representante del Municipio Libertador así lo expresa en las reuniones de FUNDASEO y revela que además de haber conversado con las empresas operadoras del servicio, sostiene que la vía más expedita es asignarle proporcionalmente el servicio a las antiguas operadoras por vía de adjudicación directa de la siguiente manera: a FOSPUCA se le asignaría una porción del territorio del Municipio Libertador colindante con todo el Municipio Baruta, a SABENPE le correspondería los Municipios Sucre, El Hatillo y Vargas y a COTÉCNICA la porción del territorio de mayor población en el Municipio Libertador. Como lo expresó pública e Irene Sáez Conde, alcaldesa de Chacao Eya, consciente de su gravitación como consentida de los partidos políticos, sostuvo en esa oportunidad su desacuerdo con el procedimiento de adjudicación directa, manifestando su decisión de licitar el servicio. Esto obligó a todos los alcaldes contestes, inicialmente con los representantes de Municipio Libertador, a abandonar el acuerdo y por presión de la alcaldesa, tomar el rumbo de la licitación, que yevó su tiempo, el suficiente para garantizar que se repitiera históricamente la solución gomecista heredada en el periodo democrático de transferir la redacción de las leyes a las empresas petroleras, en este caso a las Operadoras. Hay que precisar que las empresas de recolección de residuos sólidos en Venezuela en ese momento la composición accionaria dónde los capitales externos poseían la parte de león, frente a la precaria participación de los accionistas crioyos que es menos de la mitad en su aportación, además de su subordinación. Esto tiene una explicación. Para acometer el servicio, los socios nacionales requieren un fuerte respaldo financiero a la altura de lo que implica manejar la operación en una topografía como la venezolana y en particular la de la ciudad de Caracas. Y esta explicación resultaría aceptable y razonable. Pero es el caso que los socios españoles, franceses, italianos y cubano-mayamenses, prestan la operación del servicio de recolección en Madrid-Barcelona, París-Lyon Roma-Nápoles y Miami, de manera impecable, cara a cada incumplimiento contractual le acompaña una sanción que se refleja en multas que son debitadas del pago que la ciudad les cancela. Que afectan sus ingresos. Y son los responsables ante el ayuntamiento de la limpieza de su área. Al tener bajo su supervisión una zona que recorren a pie, reportan las fayas en la prestación y dan plazo de 1 hora para que las recolectoras se apersonen y corrijan la falta. De lo contrario la multa es automática. Si vemos la plantiya del personal supervisor podremos notar la ausencia de burocracia. Sólo el necesario y requerido para tal labor. Pero si observamos a esas mismas empresas desplegando sus actividades aquí en Caracas, o en cualquier sitio de Venezuela, el nivel de eficiencia es desigual contrastado con el desempeño en sus metrópolis de origen. No realizan eficazmente el barrido manual y mucho menos el mecánico. No lavan con detergente los cayes y los lugares que muestran hueyas de inmundicias. Tampoco la recolección es total, siempre dejan segmentos sin atender, que día a día se va acumulando. Total, el municipio termina implementando operativos especiales a su cargo y presupuesto, y las empresas cobran completo. Esto tiene una explicación, el operador que los costos del servicio, les van restringiendo sus márgenes de ganancia, por ende, hay que reducirlos, sin que importe la calidad del servicio. Al final, quién suple es el municipio. Y lo peor de todo, en los contratos de concesión la supervisión recae en las empresas mismas. Esto es inaceptable y ocurre frente a la mirada cómplice de los demagogos de turno. Para eyo hay que armarse de coraje civil, pero no es posible, coraje civil donde no hay talante ético para poder hundir el escalpelo en el tortuoso entramado de la pesada estructura del servicio de aseo urbano en la ciudad de Caracas, que cumplió con una secuencia de Campanas de Gaos, dónde las crestas, de un esfuerzo político y hay que admitirlo, correspondió a todo lo largo de dos gobiernos socialcristianos (Caldera y Herrera) lo que demuestra que el problema del aseo urbano domiciliario tiene una doble naturaleza: política y técnica. Pero también expone que si esa doble vocación no se vértebra con un proyecto de ciudad, los esfuerzos por resolver sus crisis reiterativas-cíclicas serán infructuosos.
Es medianoche, hace calor, dejó de yover, algunos humildes y menos humildes y otros muy jóvenes mañana no nos acompañaran…
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