• Sáb. Ago 23rd, 2025

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Claudia Macero y Magallí Meda: pilares dentro del equipo de María Corina Machado y víctimas del asedio del régimen

Claudia Macero y Magalli Meda, estuvieron asiladas en la embajada argentina en Caracas.

Tras más de un año de las elecciones presidenciales de Venezuela, en las que Nicolás Maduro se acreditó la victoria sin dar resultados oficiales, el régimen chavista se mantiene en el poder a pesar del fraude masivo gracias a una maquinaria represora que aterroriza a la población y se ha llevado por delante a opositores, defensores de derechos humanos, periodistas y a cualquiera que considere una amenaza.

Durante más de un año, Claudia Macero y Magallí Meda, pilares dentro del equipo de la líder opositora María Corina Machado, fueron víctimas del asedio constante del régimen mientras se refugiaban en la embajada de Argentina en Caracas junto con sus compañeros Pedro Urruchurtu, Omar González, Humberto Villalobos y Fernando Martínez Mottola, quien se había entregado a las autoridades bajo libertad condicional y falleció tiempo después.

Dos meses atrás, gracias a la operación Guacamaya, una operación encubierta con ayuda del gobierno de EE. UU. que evidenció las limitaciones del régimen, todos los asilados fueron rescatados de Venezuela y puestos a salvo en el exterior.

En conversación con La Nación (Argentina), las funcionarias de Vente Venezuela, que tuvieron un rol clave en la estrategia para evidenciar el fraude del chavismo un año atrás, manifestaron seguir comprometidas con “hacer todo lo que esté en nuestras manos para terminar esta pesadilla y defender el estado de derecho”.

¿Cómo evalúan lo que sucedió el 28J y lo que sigue pasando?

Magallí Meda: Ha sido un tránsito muy difícil, pero con la fuerza y la energía de la verdad, la resiliencia de un país y la responsabilidad de la conducción política que les fue entregada a María Corina y posteriormente a Edmundo González Urrutia. Como reflexión, pasamos de construir en el terreno más complejo a llevar una elección con todo en contra. La sociedad civil y los partidos políticos construyeron de forma silenciosa y clandestina para llevar adelante una elección bajo las reglas del régimen y tener las pruebas de la victoria en las manos para demostrarles a Venezuela y al mundo que el deseo de cambio era real y mayoritario. El régimen luego decidió llevar adelante el poder por el uso de la fuerza. Ya van más de 3.000 familias que han pasado bajo secuestro, persecución y asilamiento absoluto en este año. Hoy hay un país aterrado porque la amenaza es real, pero con una claridad y un sentido de pertenencia por ese triunfo del 28 de julio. Eso no perderá jamás su vigencia porque nos une y nos glorifica como nación.

¿Qué se siente estar fuera de la embajada?

Claudia Macero: Es una responsabilidad enorme que a veces me sobrepasa un poquito. Por otro lado, lo agradezco mucho. Creo que no cambiaría nada a pesar del horror que vivimos, porque eso nos da mucha fuerza y una experiencia única para ser mejores y para recordar que nosotros no somos como ellos.

Magallí Meda: Yo siento que hay una parte de mí que está libre, pero otra que no. Y es muy rara esa sensación porque hay una conciencia de lo que está pasando en Venezuela porque lo viviste. Más de la mitad del cuerpo sigue en una sensación de absoluta prisión porque es mucha gente la que está secuestrada, porque el régimen simplemente decidió tomar el total control del país, y eso a costa de la libertad de muchos venezolanos.

¿Cómo fue este proceso y cómo recibieron la noticia?

Magallí Meda: Sobre la operación no podemos dar ningún detalle. Lo que sí te podemos decir es que nosotros estuvimos muy ocupados después que entramos ahí, trabajando por llevar adelante el 28 de julio y una campaña en las peores condiciones. Sin embargo, ese proceso se fue complicando posteriormente al 28. Comenzó el asedio hacia todos nosotros y entendimos que nuestra libertad iba a depender de nosotros. Intentamos por todas las vías tocar puertas y contactos diplomáticos para nuestra salida segura y no fue posible, porque el brazo represor del régimen lo lleva a todos los niveles: ciudadanía, instituciones y contra el sistema diplomático que hace vida en el territorio. Argentina fue muy importante en la protección de nosotros, inclusive consiguiendo el apoyo de Brasil para poner la bandera en sustitución de la bandera argentina.

Claudia Macero: Cuando supe la noticia de que iba a salir me dio mucha paz. Beto (Humberto Villalobos) decía ‘yo solo quiero caminar’, y es maravilloso porque uno entiende el valor de la libertad. A propósito de la comunidad internacional, hoy tiene un rol importante para hacer cosas reales, para ejecutar cosas pragmáticamente, para presionar. También infinito agradecimiento no solo a Argentina y a Brasil, sino a muchos otros gobiernos que han facilitado cosas, que han ayudado, que han permitido o abierto los caminos a EE. UU.

¿Tanto Brasil como Argentina fueron parte de la operación Guacamaya?

Magallí Meda: Hay una cantidad de naciones que están involucradas en entender que después del 28 de julio se violó completamente la soberanía, y eso es parte del proceso de conseguir los caminos para contribuir en la reinstitucionalización de la democracia en Venezuela. Y eso es lo que se está haciendo.

¿Qué representa la operación Guacamaya en la lucha contra el régimen?

Magallí Meda: Es un trabajo de articulación muy serio para lograr un objetivo preciso, porque al final nos convertimos en un punto de quiebre para la lucha. Como buenos rehenes, nos usaban para amenazar la dinámica de la lucha democrática. Entonces, el hecho de salir de ese marco era muy importante en el proceso de la lucha. Ahora estamos en otra fase que es la más compleja, que significa detener el sistema represivo y entrar en un proceso de construcción de la democracia y reinstitucionalización con Edmundo González y por supuesto con el acompañamiento de María Corina y todos los factores unitarios.

Al final nos convertimos en un punto de quiebre para la lucha. Como buenos rehenes, nos usaban para amenazar la dinámica de la lucha democrática. Entonces, el hecho de salir de ese marco era muy importante en el proceso de la lucha

¿Cómo se sienten después de estar tanto tiempo en aislamiento, tanto física como psicológicamente?

Claudia Macero: La gente piensa que sales y sigue tu vida normal. La vida de nadie es normal. Es un proceso muy difícil, yo creo que todavía estamos procesándolo y nos va a llevar mucho tiempo, como a todas las personas que pasan por un proceso traumático. Es increíble el trabajo interno que hay que hacer para recordarnos que somos distintos y tenemos que ser mejores. En generosidad, en acercamiento a la gente, en agradecimiento. Y, por otro lado, también me pregunto cuánto daño se hace a nuestras familias. Pienso en mis compañeros Gabriel González y Julio Balza, dos periodistas valiosísimos detenidos. Es algo que a veces no me deja dormir.

Magallí Meda: Después del 28 de julio ocurrió un terremoto político porque se pudo demostrar el resultado de un proceso mayoritario que dejó en casi 70 a 30 los resultados electorales. Después vino el momento en el que se debía entregar soberanamente la presidencia a Edmundo González y no pasó. Le siguió el proceso de usurpación, de violación completa y de concreción de una dictadura formal como modelo totalitario terrorista de Estado. Después de salir de la embajada, logramos encender una pequeña linterna para todos los sobrevivientes que estamos luchando desde adentro y desde afuera. Todos los que fuimos rescatados y salimos de la embajada estamos todavía revolcados en una situación completamente anormal, violenta. A nosotros nos acusaron de terroristas siendo completamente inocentes, igual que a las más de 970 personas que siguen presas hoy.

Días después de que ustedes salieran de la embajada, el régimen realizó varias detenciones de ciudadanos extranjeros y líderes opositores, como Juan Pablo Guanipa. ¿Creen que esto lo hizo como respuesta a su salida?

Claudia Macero: Yo creo que en parte sí, pero también es por la desesperación de ver a una sociedad que no baja la cabeza. Tenemos que recordar que estamos enfrentando a una fuerza criminal que es capaz de secuestrar gente, allanar casas, de torturar. Están desatados. Todo esto es una respuesta a la capacidad de organización, de resiliencia y de desobediencia de millones de venezolanos dentro y fuera de Venezuela. Lo que están haciendo es una demostración de absoluta debilidad.

Magallí Meda: Con la operación, se demostró que hay un quiebre interno. Esa es la verdad y a eso es a lo que ellos reaccionaron. Saben que tienen una falla interna en su estado de control, en su terrorismo de Estado, tienen algo fracturado. Todo eso es lo que ellos están tratando de tapar con apariencias y medios de comunicación pagados y mucho bot.

Todo esto es una respuesta a la capacidad de organización, de resiliencia y de desobediencia de millones de venezolanos dentro y fuera de Venezuela. Lo que están haciendo es una demostración de absoluta debilidad

¿María Corina Machado sigue dentro de Venezuela?

Magallí Meda: Absolutamente. Sigue firme en que no piensa salir. Hay un plan y una estrategia. El régimen juega también, aquí es un tema de avanzar, y cuando uno avanza hay golpes. Hay que reponerse de los golpes y volver a avanzar. Cuando nosotros estuvimos con el secretario Marco Rubio, lo volvimos a validar. Hay una visión muy clara de la urgencia de recobrar la democracia en Venezuela, de salir de esta pesadilla, de que pare este Estado criminal que hace rehenes a ciudadanos extranjeros para extorsionar a las naciones.

Claudia, respecto a su salida. ¿Cómo surgió la decisión de que usted fuera la primera?

Claudia Macero: Fue un acto de mucha responsabilidad. Lo veo como una operación de relevo, pero fue un momento muy difícil de decidir. Yo no me arrepiento. Obviamente, me hubiese encantado que la situación hubiese sido distinta para todos, porque nadie merece vivir lo que fueron los últimos días en esa embajada. Nadie merece vivir con los cortes del agua, la luz, el asedio alrededor, todo lo que lo que significó no saber cómo ibas a amanecer al día siguiente; es una cosa denigrante como persona.

Ahora que están fuera de Venezuela, ¿se sienten verdaderamente a salvo?

Magallí Meda: No, claro que no. Pero, además, con mucho dolor. Recuerdo a Fernando Martínez Mottola, él era el más sano de todos. Por eso es una inmensa responsabilidad estar a salvo, porque no todos lo lograron.

Claudia Macero: Mientras esté Maduro en el poder, nadie está seguro ni dentro ni fuera de Venezuela, porque Maduro no es una amenaza solamente para los venezolanos, sino para la región. Para Estados Unidos, Colombia, Brasil y todos aquellos que han visto un sistema criminal insertado en la región. Además de todo lo que eso implica, la ola migratoria más grande en la historia.

Lucía Sol Miguel – La Nación (Argentina) – GDA – El Tiempo de Bogotá. The EL News

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