Fui su crítico en mis tiempos de fiebres equivocadas. En su actuar en Mérida y en responsabilidades nacionales, siempre se rodeó de inteligentes dirigentes del diverso pensar andino.
Ofreció la mano a la Universidad de Los Andes, donde me he desempeñado en su estructura docente. Recuerdo que como gobernador lo recibíamos en las aulas con especial respeto.
William Dávila proviene de una familia querida y siempre útil a la merideñidad de la que somos militantes.
La tiranía lo encarcela por la firmeza de sus ideas,y negarse de plano a integrar el alacranato, es decir, la compra, la indecencia, la masacre de los ideales.
Los venezolanos protestamos la salvaje represalia y detención de brillantes luchadores que solo piden libertad.
A William Dávila lo matan todos los días, desde la sala represora del tren de Miraflores. El secuestro de miles de venezolanos honestos y amantes del país democrático, es una razón más para seguir hasta abrir las compuertas traidoras y regar las calles de Venezuela con las flores alegres de nuestros campos hermosos.
PROFESOR TITULAR DE LA ULA.