El presidente anunció esta semana, que inyectará 26.000 millones de dólares (esa creo es la cifra) a la producción nacional. Omitió, sin duda por desconocimiento de causa, dos “pequeños” detalles, para adornar de cierta verosimilitud su ya repetitivo y fastidioso anuncio económico. No dijo, el presidente, de dónde saldría esa catajarria de millones, porque las mafias enquistadas en Pdvsa, no permiten que la caja emita el sonido de la campanilla. Alguien declaró que este año se ha vendido más de un millón de barriles de petróleo al día, pero tampoco complementó su buena nueva con el destino que ha tenido ese dinero, porque en obras, ni siquiera una acerita se ha visto en algún rincón del destruido amasijo de pueblecitos que conforman al país. Y retornando a Maduro, también olvidó señalar (¿ex profeso?), a dónde irían a parar esos $26.000 millones, quién los administrará, y quién los hará productivos-reproductivos. ¿Él mismo? No hace falta ejercitar mucho la mente para colegir cuál será el resultado. A título de breve recuento, nos permitimos recordarle al presidente, que un equipo optimista estima en $23.000 millones resolver el problema eléctrico nacional. Sin electricidad no hay producción, lo que indica que se tranca el dominó. E igual, si su idea es “producir” petróleo, es decir, extraerlo del subsuelo, necesita $240.000 millones para actualizar la chatarra en la que él, y su antecesor, convirtieron a Pdvsa. El déficit, pues, es mayor.
Producir.
Lo primero que necesita determinar el presidente, qué sueña cuando habla de producción. ¿Qué desea producir? Es mucho lo que necesitamos, pero existe un ejercicio que se denomina “priorización” en el que se jerarquizan los asuntos que nos comprometemos (con nosotros mismos) a cumplir dentro de alguna agenda o schedule. ¿Qué es lo que podría satisfacernos, reanimarnos y movilizar circulante, lo más inmediatamente posible?: El Agro. Y en específico, la cría de especies que podamos, además de consumir, exportar. Porque si se colocan rubros a precio internacional en otros lares, es posible que hacia lo interno los precios bajen y se adecúen a la usual limpieza que obliga un salario mínimo de tres dólares. En consecuencia, es preciso estudiar el mercado más próximo (El Caribe y Las Antillas), en donde hay decenas de islas, cada una de ellas, un país, que recibe millones de turistas al año, a los cuales debe ofrecer productos cárnicos como cordero, aves, chivo y cerdo, en especial. Dado que lo que producen nuestros esforzados empresarios del sector, apenas alcanza para satisfacer estómagos nacionales. Es menester, entonces, conocer el mercado antes indicado, con el fin de producir lo que podamos exportar, sin mucho esfuerzo competitivo. Nada del otro mundo, al menos para gente conocedora del ambiente.
Productores.
Habíamos citado antes, la necesidad de atraer a un líder con capacidad suficiente para crear en, al menos 12 estados (en principio), empresarios capaces de afrontar el reto. Mencionamos a Hiram Gaviria, Vicente Brito y Noel Álvarez. Un lector, ingeniero agrónomo, nos habló de Joel Macuare, de similar profesión y dilatada experiencia. ¿Qué procede ahora? Una vez determinado el líder o equipo líder, presentar el proyecto a empresas muy sólidas (las hay) que, a título de préstamo, si así se decide, financien la actividad primaria, que en dinero es bastante poco. No sugerimos al gobierno, porque solo en asuntos procedimentales podría tomarse seis años…para decir que no hay plata. Este equipo indaga, interna y externamente, los requerimientos para exportar. Aquí en Venezuela hay que superar ¡32 obstáculos!, por lo que habría que solicitar al presidente una providencia especial que acorte los lapsos. Y con las facilidades que ofrece la tecnología, ir directo a los posibles importadores de los productos a exportar, de manera que no existan retrasos ni roscas que aminoren los beneficios. En cuanto al capital financiero, existe un esquema que puede aportarlo, sin dineros del Estado. Esos puntos, y algunos más, que se nos escapan por nuestro analfabetismo en la materia, deben ser explorados y resueltos antes de iniciar la exportación.
Desde luego…
Desde luego que en este proceso no se ofrece ni voz ni voto al ministerio del área, ni a ningún sector del gobierno. Si se desea tener éxito, que no representa nada epopéyico, es imprescindible evitar todo contacto con focos contaminantes del sector oficial, es decir, con todo el gobierno. (José Angel Borrego, 0414-8187722)