HOY se despide el 2024. En 80 años ha sido el más pavoso. Tanto, que permitimos dócilmente, que la política se adueñara del escenario, mientras nosotros, cual espectadores desinteresados, veíamos al país hundirse económica, productiva y socialmente, mientras el entarimado político se sostuvo de la brocha. Y lamentablemente, dentro de ello, debemos incluir a la Fanb, que jugó el más gris de los papeles que le haya correspondido en guion alguno. Todo lo anterior es y debe ser historia. No podemos de nuevo caer en la red del bochinche político que retrasa, exprofeso, nuestra incorporación, aun, al subdesarrollo. Porque Hemos caído en todos los indicadores conocidos, con excepción de aquellos que nos llevan palo abajo.
- No solo debe ser un nuevo año, sino además el inicio de un gran ciclo para Venezuela. No es posible permitir que la política lo sepulte todo. Tenemos que sobreponernos a la fuerza bruta sobre la que se sostiene la política, para convencer a algunos de sus líderes, la importancia que para un país contiene el desarrollo.
La provincia venezolana no puede seguir dependiendo de Caracas. Los políticos pueden aglutinarse todos en la capital, y desde allí disparar ukases que nadie atenderá por inútiles. La dirigencia, alta y media, no debe moverse del epicentro mafioso de los poderes hacia donde puja la gente que trabaja. Solo debe atender los requerimientos que exige cada paso, aprobarlos e impedir que sus socios dentro de la administración pública, raqueteen a quienes producen.
En pocas palabras, esta es la despedida que debemos prodigar a los políticos y a los gobiernos que nada aportan, es decir, todos.
José Angel Borrego.