Los gatos, con su extraordinario sentido del olfato, hasta 14 veces más sensible que el humano, poseen una habilidad sorprendente: la de detectar sutiles cambios hormonales en sus dueños. Diversos estudios han confirmado que estos animales domésticos pueden percibir las fluctuaciones hormonales femeninas asociadas a la ovulación, la menstruación y el embarazo, revelando una conexión íntima y poco conocida entre gatos y humanos. Esta capacidad sensorial felina abre una ventana fascinante al mundo de la comunicación Inter especies.
¿Cómo logran esta hazaña olfativa? Los gatos se valen de un conjunto de mecanismos sensoriales. Su agudo olfato les permite identificar feromonas y alteraciones en el olor corporal que se producen cuando los niveles de estrógeno, progesterona o la hormona del embarazo (hCG) se elevan.
Además, su sensibilidad térmica les permite notar el ligero aumento de temperatura corporal que experimentan las mujeres durante la ovulación, un cambio sutil que perciben al acurrucarse cerca de sus dueñas.
Finalmente, su aguda percepción emocional les hace reaccionar a los cambios de energía y humor, como la irritabilidad, ansiedad o fatiga, frecuentemente ligados a las variaciones hormonales.
Las reacciones felinas ante estos cambios hormonales son variadas y reveladoras. Algunas gatas se vuelven notablemente más pegajosas y protectoras con sus dueñas, buscando constantemente su cercanía. Otros gatos pueden manifestar su percepción hormonal a través de un maullido más frecuente, olisqueando a su dueña con mayor insistencia o demandando un contacto físico más constante. En casos de embarazo, es común observar cómo algunos gatos tienden a acostarse sobre el vientre de su dueña con mayor frecuencia de lo habitual, buscando la fuente de los cambios hormonales.
Expertos en comportamiento felino sugieren que la capacidad olfativa de los gatos es tan afinada que podrían detectar un embarazo incluso antes que una prueba de farmacia. Esta hipótesis se basa en la habilidad felina para identificar cambios hormonales mínimos, incluso en las primeras semanas de gestación, cuando las pruebas de embarazo caseras aún podrían no ser concluyentes. Esta sorprendente capacidad resalta la sofisticación del sistema olfativo felino y su potencial para detectar información biológica sutil.
Si bien los perros también comparten la capacidad de detectar cambios hormonales gracias a su olfato aún más potente, la manifestación en gatos suele ser más evidente en términos de comportamiento. Mientras que los perros pueden reaccionar de manera más sutil, los gatos a menudo exhiben cambios conductuales más marcados, volviéndose más cariñosos o vocales, lo que hace que su habilidad para percibir las hormonas humanas sea más fácilmente observable y objeto de fascinación.