MICROCHIPS.- “Jorge no cabe en el avión”, dirá Maduro. Le echó tres vainas imperdonables. Primera, desestimar a María Corina y la Primaria. Segunda, asegurarle que la arremetida final recortaría la brecha haciéndola manejable. Y, tercera, ordenar el boletín a Amoroso, garantizando tener soportes irrebatibles. Eso, se dice, le enrostró, Lula, a través de Amorín. López Obrador, que en principio amansó a Petro, al hablar con Lula quedó anonadado. Debió remendar el capote y pedir las actas. Ahora, el trío de presidentes, debe encontrar una salida “digna” ´para Maduro, con exilio dorado incluido. Van a insistir: ¡Solo a Maduro y Cilita..! (JAB)