
El yoga facial emerge como una tendencia creciente en las rutinas de belleza, ofreciendo una alternativa natural para quienes buscan reducir la papada y lograr un contorno facial más definido. Esta técnica, basada en masajes y ejercicios musculares específicos, trabaja para tonificar la piel y estimular la circulación sin recurrir a procedimientos quirúrgicos.
Expertos en la materia, como Laura Ortega, sugieren que dedicar tan solo cinco minutos diarios a esta práctica puede generar cambios visibles en tan solo una semana. Además de afinar el contorno del rostro, se le atribuyen beneficios como la relajación de tensiones, la mejora de la firmeza de la piel y la prevención de arrugas.
Aunque la investigación científica sobre los efectos del yoga facial aún es limitada, sus resultados estéticos están captando la atención de miles de personas en las redes sociales. Presentado como una técnica fácil, accesible y sin efectos secundarios indeseados, el yoga facial se posiciona como un nuevo aliado en la búsqueda de un aspecto más joven y definido de forma natural.
Para quienes deseen iniciarse en el yoga facial, se recomienda comenzar masajeando la parte baja del rostro. Un ejercicio básico consiste en colocar los pulgares en la barbilla y deslizarlos suavemente pero con firmeza hacia arriba, siguiendo el borde de la mandíbula. Este movimiento busca definir el contorno facial, activar la circulación y tonificar la piel de la zona.
La rutina inicial puede complementarse estirando el cuello y movilizando la mandíbula hacia adelante y atrás, tanto en movimiento libre como manteniendo posiciones fijas. También se sugiere ejercitar la lengua, moviéndola hacia los lados y luego intentando alcanzar la punta de la nariz mientras se continúa con los movimientos mandibulares. Para finalizar, alisar la zona de la papada deslizando los dedos a lo largo del hueso mandibular es otro paso recomendado.