• Sáb. Ago 23rd, 2025

El News de Venezuela: Periodismo independiente - afiliado a la Sociedad Interamericana de Prensa

Dirigido por el Licenciado Enrique López: “Hacer periodismo profesional tiene consecuencias. No hacerlo tiene muchas más”

Nueva variante de Covid-19: No es más letal y puede ser contenida con vacunas actuales

Como hemos comprobado en esta sexta ola, las vacunas actuales están funcionando muy bien contra la enfermedad grave y la muerte. Si no hubiéramos tenido a la inmensa mayoría de las personas más vulnerables vacunadas, esta sexta ola habría sido una auténtica carnicería. Sin embargo, estas vacunas tienen limitaciones.

La respuesta de anticuerpos neutralizantes disminuye al cabo de unos meses, y por eso estas vacunas no están evitando las infecciones. Por ello, han sido necesarias las terceras dosis, especialmente para las personas mayores de 60 años e inmunocomprometidos a los que una infección puede llevarles al hospital. En Israel incluso ya han administrado una cuarta dosis.

Ómicron no tiene por qué ser la última variante del SARS-CoV-2. El virus sigue evolucionando y pueden aparecer nuevas mutaciones muy difíciles de predecir. En realidad, no sabemos si aparecerán variantes más transmisibles, menos virulentas… o incluso más. Moderna y Pfizer ya están fabricando vacunas específicas contra ómicron, y otras estrategias vacunales también informan que pueden actualizar sus vacunas frente a ómicron en cuestión de unos pocos meses.

Pero estas propuestas probablemente ya lleguen tarde. Entre que se detecta una nueva variante, esperamos a ver qué efecto tiene en la población, rediseñamos o modificamos la vacuna, se fabrica y se vuelva a vacunar a la población pasa tanto tiempo que para entonces quizá el virus haya vuelto a cambiar. Necesitamos una vacuna a prueba de nuevas variantes, que no haya que actualizar cada seis meses o cada año, e incluso que sea efectiva contra más miembros de la familia de los coronavirus.

Además de murciélagos, los coronavirus infectan camélidos, aves, gatos, caballos, bovinos, cerdos, roedores, visones, conejos, pangolines y otros muchos animales desde donde puedan acabar “saltando” a la población humana. En 2002 surgió el SARS, un nuevo coronavirus que provenía de murciélagos y que tras su paso por las civetas acabó adaptándose el ser humano. Diez años después, fue el MERS a partir de coronavirus de dromedarios. En 2019 llegó el SARS-CoV-2. No podemos descartar que en los próximos 10-50 años volvamos a tener otro susto pandémico similar al SARS-CoV-2.

Fuente: Coronavirus Disease 2019–COVID-19. Dhama, K, y col. 2020. Clinical Microbiology Reviews, 33(4)

De acuerdo con el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe, NB.1.8.1 presenta algunas mutaciones que podrían incrementar su capacidad de transmisión. Sin embargo, los datos actuales no muestran un aumento en la gravedad de los síntomas ni en la letalidad en comparación con variantes previas.

La OMS destaca que aunque la evolución del virus sigue siendo monitoreada, no se observa un impacto severo que supere lo ya conocido, siempre que se mantengan las medidas preventivas.

La OMS subraya la importancia de tres factores clave para mitigar los efectos de esta nueva cepa, la vacunación, la vigilancia epidemiológica constante, y la cooperación internacional.

Dentro de la familia de los coronavirus, hay cuatro géneros: alfa, beta, gamma y delta-coronavirus. Dentro de los géneros gamma y delta no hay coronavirus humanos. En el grupo de los alfa-coronavirus se incluyen los dos del catarro 229E y NL63, y el grupo de los beta-coronavirus incluye los otros cinco coronavirus humanos: OC43, HKU1, MERS, SARS y SARS-CoV-2.

Además, hace un llamado a que la sociedad retome prácticas preventivas, como el uso de mascarillas en lugares cerrados, el lavado frecuente de manos y la ventilación de espacios.

The EL News

Deja una respuesta