Aunque trato de tranquilizarme es difícil concentrarme en mis diferentes responsabilidades y en lo que considero sea «Mi Misión de Vida».
Como mucha gente conoce soy un Comunicador Social y trato de ejecutar mi oficio con mucha responsabilidad; sin dañar personas ni instituciones.
Pero desde hace unos diez años vengo conviviendo con una situación muy desagradable.
Ciudadanos inescrupulosos con «el aparente o supuesto apoyo» del Ministerio Público o Fiscalía de la ciudad de Cumaná, en el estado Sucre, Venezuela, han venido atropellando mi tranquilidad personal.
Violentando mi hogar en diferentes oportunidades y hasta poniendo en riesgo mi integridad física y la de mi familia.
Yo habito una vivienda ubicada en la parroquia Santa Inés de esta ciudad cumanesa con la connotación jurídica de «ocupante legítimo», por ser un ciudadano amparado por diferentes Contratos de Arrendamiento, más el reconocimiento de la Superintendencia Nacional de Vivienda (SUNAVI) y el Consejo Comunal del área geográfica.
En consecuencia, no soy un invasor de ningún inmueble. Ni en Cumaná ni tampoco en otros lugares de Venezuela.
Quienes me acusan no poseen la cualidad jurídica de propietarios del inmueble donde resido, ocupo y habito.
Tampoco poseen ninguna documentación probatoria de la «única» autoridad validadora de propiedades en Venezuela, o sea, el Registro Público.
Pero quieren enjuiciarme, privarme de mi libertad (meterme preso), para luego desalojarme de la vivienda.
Para este próximo día miércoles 16 de julio 2025, 9 AM, está fijada la audiencia en el TRIBUNAL CUARTO DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE JUICIO del Circuito Judicial Penal del estado Sucre, a cargo del Doctor ROSENDO RAMÓN BRAVO RIVAS.
Mi principal y gran Abogado es Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo. Aunque también poseo la asistencia de excelentes profesionales del Derecho.
Muy agradecido.
Confío en que se hará justicia.
Cristian Antonio Silva Potellá.
(Expediente RP01-P-2021-000146. C.I. 3.013.534).
LA CORRECTA APLICACIÓN DE LA JUSTICIA ES EL PILAR DE LA SOCIEDAD, por Cristian Silva
