La campaña para las elecciones municipales ha comenzado con una preocupante falta de difusión y cuestionamientos sobre la ‘integridad electoral’. Expertos señalan la opacidad que rodea el proceso, lo que genera inquietud. Los partidos opositores han expresado preocupación. Esta situación indica una necesidad urgente de transparencia y una campaña informativa efectiva para asegurar la participación ciudadana y la confianza en el proceso electoral.
Se elegirán 335 alcaldes y 2.471 concejales, solo dos partidos como el PSUV y El Cambio han divulgado sus listas completas de candidatos. Las campañas se han “municipalizado” por la falta de tiempo y recursos, mientras se registra una preocupante reducción de 7.303 mesas de votación respecto al proceso del 25 de mayo. Además, el CNE no ha entregado el Registro Electoral definitivo ni activado su página oficial, lo que contribuye a una percepción general de desinterés y deslegitimación del evento.
Para aumentar la transparencia en una campaña electoral y fortalecer la integridad del proceso, se pueden implementar varias medidas concretas, entre ellas:
- Publicación de financiamiento y gastos: Exigir a los partidos y candidatos que documenten y hagan públicos todos los fondos recibidos y gastados, incluyendo donantes y gastos detallados. Esto ayuda a prevenir financiamiento ilícito o soborno.
- Supervisión independiente: Crear comités o instituciones académicas y civiles independientes, para supervisar y auditar el proceso electoral, garantizando que se cumplan las reglas y que no existan prácticas corruptas.
- Transmisión en vivo y acceso a la información: Difundir en tiempo real las actividades de la campaña, así como las operaciones del organismo electoral, a través de plataformas digitales oficiales.
- Capacitación y ética para los actores electorales: Capacitar a los funcionarios, observadores y candidatos en ética y transparencia, fomentando prácticas honestas y responsables.
- Vigilancia ciudadana y observación electoral: Incentivar a las organizaciones civiles y ciudadanos a participar como observadores durante toda la campaña y el día de la votación, para detectar y denunciar irregularidades.
- Legislación clara y sanciones estrictas: Tener leyes que sancionen la manipulación de resultados, la compra de votos, la difusión de información falsa y otras prácticas fraudulentas, con penas proporcionales y disuasorias.
La falta de integridad electoral puede tener múltiples implicaciones negativas, tanto a corto como a largo plazo, para la democracia y la estabilidad del país. Algunas de las principales implicaciones son:
- Pérdida de confianza ciudadana: Cuando los ciudadanos perciben que el proceso electoral no es transparente o que puede estar amañado, pierden la confianza en las instituciones y en los resultados electorales. Esto puede reducir la participación electoral y aumentar el desencanto político.
- Legitimidad cuestionada: Los gobiernos provenientes de procesos con poca integridad pueden ser considerados ilegítimos, lo que afecta su autoridad y capacidad para gobernar con respaldo popular.
- Aumento de conflictos sociales: La percepción de fraude o manipulación electoral puede generar protestas, conflictos sociales o incluso violencia, poniendo en riesgo la paz social.
- Debilitamiento del Estado de derecho: La irregularidad en los procesos electorales puede crear un clima de impunidad y corrupción, afectando la confianza en el sistema judicial y en las instituciones públicas.
- Retroceso democrático: La integridad electoral es fundamental para el funcionamiento de una democracia sólida. Su falta puede conducir a un retroceso en los derechos políticos y en la estructura democrática del país.
- Impacto internacional: La percepción de elecciones fraudulentas puede dañar la imagen internacional del país, afectando relaciones diplomáticas, inversión extranjera y asistencia internacional.
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