«Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. 11:21 Corintios
Al presentar Jesús el elemento Pan y el elemento vino, como uno solo, como un solo cuerpo, está diciendo que Cristo no se fragmenta; más bien nos unificamos en él. Esto lo presenta Pablo por las fragmentación o divisiones que los corintios estaban experimentando. Somos acaso más fuerte que Cristo, para presentar añadidura o doctrinas a algo que no se le debe añadir y que adultera la esencia del sacrificio de cruz?
Adelantarse a su propia cena, es enseñar a Cristo o de Cristo, de una manera errada, aunque aparentemente entendible, pero que no permiten la unidad del cuerpo.
Es lógico pensar entonces que los que se embriagan no tiene que ver con el vino, sino con su carne, como lo dice Pablo a los creyentes de éfeso:
«No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones. Efesios 5:18-19.
Entonces unos presentaban como cosa segura desviaciones de Cristo y otros tenían hambre porque no escuchaban lo correcto.
Hermano
Germán Nuñez Mejias