Juan 15:5
«Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer»
Explicando este texto de manera entendible, nosotros los creyentes en Cristo somos las ramas y Cristo es el tronco que nutre a las ramas para que tengan de su vida y den fruto. Las ramas no le dan vida al tronco.
Es una verdad que enseña que la vida en Cristo es una relación y no una religión. Al perder la relación se pierde la capacidad de dar frutos y nadie puede dar fruto por sí mismo; de hecho se pierde la capacidad de manifestar a uno como Cristo. Ser cristiano significa pensar, actuar y vivir en Cristo. Jesucristo mostraba al Padre, porque eran uno.
En la creación Dios hizo primero el ambiente y después insertó en ese ambiente el producto. Hizo las aguas y después hizo los peces. Si se saca el pez del agua, se muere. Dios primero hizo la tierra y después todo árbol. Si se saca un árbol de la tierra, se muere.
Cuando hizo al hombre, ya el ambiente existía, y lo insertó allí, soplando en el hombre de barro, aliento de su vida.
El hombre por desobediencia salió del ambiente de Dios y murió espiritualmente.
Ahora, los que estamos en Cristo, somos ramas insertadas al tronco que es Cristo. Permanezcamos unidos al Él.
Hermano
Germán Nuñez Mejias