Venezuela y Colombia están progresando en la hoja de ruta para Monómeros; en el ámbito económico, posiblemente con el objetivo de fortalecer las relaciones comerciales y la estabilidad financiera entre ambos países.
La reapertura de Monómeros, como empresa petroquímica, podría tener implicaciones significativas para el suministro de fertilizantes y otros productos químicos en la región, impulsando la producción agrícola y el comercio.
La cooperación en este proyecto refleja un esfuerzo por superar obstáculos previos y avanzar hacia una mayor integración económica.
El gobierno de Venezuela y el gobierno de Colombia están trabajando juntos para definir cómo se realizará la venta de la empresa petroquímica Monómeros, ubicada en territorio colombiano. Este esfuerzo binacional busca asegurar una transición transparente y beneficiosa para ambos países.
Supervisión y contexto de Monómeros
En noviembre pasado, el Gobierno de Colombia anunció que inició una actuación administrativa para «someter al grado de supervisión denominado ‘control’» a Monómeros, empresa estatal petroquímica venezolana, ante la «posible venta de sus acciones», según indicó entonces la Superintendencia de Sociedades en un comunicado.
El organismo aclaró que «el grado de supervisión denominado ‘control’ no es una toma de posesión ni faculta a la Superintendencia de Sociedades para coadministrar la Sociedad, quien conserva su autonomía con las limitaciones y para los fines indicados en la Constitución y la ley, con plena garantía de sus derechos».
El pasado 8 de noviembre, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, publicó una carta en X dirigida a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, en la que expresó su oposición a «la decisión» del ministro de Industria y Producción de Venezuela, Alex Saab —quien estuvo preso en Estados Unidos acusado de conspiración para lavado de dinero—, de «vender y privatizar» Monómeros.
En la misiva señaló que durante más de cinco décadas la empresa ha beneficiado a campesinos de ambos países con producción y venta a «precio justo» de insumos agrícolas y, actualmente, garantiza a «millones de familias» la productividad de sus tierras, por lo que consideró que la privatización implicará el encarecimiento de los productos.
Hasta este momento, el Gobierno venezolano no había hecho pública su decisión de vender la empresa petroquímica con sede en la ciudad colombiana de Barranquilla.