¡VENEZOLANOS!
La libertad y la democracia no son lujos, sino necesidades fundamentales. Tenemos el derecho de vivir sin miedo, sin opresión y con dignidad. Y es deber de cada uno de nosotros de reclamar y preservar la libertad y la democracia, para poder tener una sociedad justa y provechosa para todos nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos.
Hemos sido testigos de cómo a la sociedad venezolana le ha sido impuesto un estado de postración que ha permitido que otros decidan por nosotros, que controlen nuestras vidas y que nuestros derechos sean limitados en nombre de un poder hegemónico que nos aplasta, nos humilla y nos desconoce.
Clara e inequívocamente, nuestra Constitución establece en su artículo 5, que «La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público. Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos.»
El país se expresó en las elecciones convocadas para elegir al presidente de la república hace exactamente un mes; más de un millón de personas participó de manera directa en los centros y mesas electorales como funcionarios del CNE, como miembros de mesa, como testigos de los candidatos y de todos los partidos políticos, como veedores invitados y como integrantes del plan república. Y más de doce millones acudimos a votar de manera libre y soberana. TODOS fuimos testigos de lo que sucedió, de cuál fue el verdadero resultado de ese acto democrático y constitucional. Ahora resulta que desde el poder se pretende imponer una mentira, negando lo que la gran mayoría decidió y que todos pudimos ver reflejadas en las actas que el despotismo desconoce.
Haciendo malabarismos desde el CNE y el TSJ, ambos clubes de amigos y cómplices del déspota, se saca el subterfugio de un “hackeo” del sistema “más seguro y eficiente del mundo”, según ellos mismos. Pero ese fulano hackeo sí permitió que el presidente del ente comicial sacara un papelito con un resultado sin ningún soporte, resultado que los magistrados del oprobio ratificaron como válido y verdadero, negando las actas a las que los testigos de todas las partes accedieron.
Es triste ver a algunos que basados en su fanatismo ciego, afirman que tal fraude es el verdadero resultado de la voluntad popular. Nuestra Constitución una vez más ha sido pisoteada groseramente y los capitostes del régimen, para consolidar el golpe de Estado, han acudido al expediente de la represión, la tortura, las desapariciones forzosas y el asesinato, para intentar acallar la legítima protesta y reclamo de los venezolanos. Los que apoyan tal barbaridad son reos de complicidad de los crímenes que han cometido y siguen cometiendo para aferrarse al poder que han arrebatado cobardemente a la voluntad del pueblo que dicen representar y obedecer.
En estas oscuras horas que vivimos, se requiere mucho más coraje, mucha más unión y mucha más firmeza, para gritarle al mundo que los venezolanos rechazamos este golpe de Estado, exigimos respeto a la voluntad de las mayorías y a la restitución de la vigencia de nuestra Constitución.
Unidos en nuestra diversidad, firmes en nuestros principios y comprometidos con nuestra libertad, lograremos que se cumpla la voluntad popular expresada el 28 de julio de 2024 y con ella, el cambio anhelado para el reencuentro de nuestras familias, para que triunfe la justicia y la verdad, se restituya el Estado de Derecho y la democracia se imponga de una vez por todas.
MERIDA EN MOVIMIENTO
Mérida, 28 de agosto de 2024